domingo, 27 de enero de 2008

Incendio

Ayer tenía pocas ganas de escribir. Hoy me incorporo tarde, pero con noticias. La razón de la tardanza es que me he levantado a deshora tras el incidente de esta madrugada. Parece que cuando más tarde te recoges, después de una noche de cena y copitas, más gorda es la sorpresa que te encuentras en tu casa. Ya me pasó hace unos 5 años al entrar en el piso chapoteando en el agua que fluía del techo, por la avería en la cocina de mi vecina.
Hoy, a las cuatro y media, aproximadamente, y cuando me estoy poniendo el pijama, oigo ruido, parecía una pelea (ya están los niños de al lado, pensé, haciendo de las suyas). Luego, carreras gritos ("¡ayudadme, ayudadme!") y más carreras. Me mosqueo. Más gritos de mujer, golpes en las puertas y toques a los timbres. Cojo el teléfono y llamo a la policía. Todo tenía la apariencia de violencia de género. Me dicen que ya hay aviso para la patrulla. Oigo gente en la calle, toques al portero automático y ruido por la escalera de mi bloque. Salgo y me encuentro con el presidente de "ésta nuestra comunidad", con los extintores de la escalera, bajando y diciendo: "Se está quemando un piso al lado". Me pongo el chaquetón, sin pensar, y bajo a la calle.
Ya estaba la policía y había vecinas llorando. Me acerco al portal del bloque contiguo al mío. Un chaval habla por su móvil asustado. Una jovencita sostiene en sus brazos un perro. Otros inquilinos, que habían podido salir, hablan de lo ocurrido, unos vestidos, otras en bata de casa o pijama. Un oficial de policía se dirige a mí y me confirma el incendio y que hay aviso a los bomberos. Uno de mis vecinos me pregunta por ello y por si también vendrán ambulancias. Al parecer no hay heridos, solo el inquilino del incendio tiene alguna quemadura en un pie. Llegan pronto los bomberos y nos piden que no abramos puertas ni ventanas. Unos vecinos vamos por detrás del bloque y vemos como sale humo por la ventana de la cocina y el salón de uno de los pisos de la planta primera. Los de las plantas segunda y tercera miran desde las ventanas, algunos tosen y lloran o gritan. El inquilino del piso incendiado está semidesnudo y le prestan un chándal y unas zapatillas, sus hijas(?), la del perro y otra jovencita están vestidas y asustadas. Se refugian en el portal de mi bloque. Parece que no hay más vecinos atrapados o que se echen en falta.
No tardan mucho los bomberos es sofocar el incendio (parece que el inquilino intentó hacerlo y cuando no lo consiguió fue cuando dio el aviso), pero echan un buen rato en eliminar el humo (con un enorme ventilador movido por combustible líquido) y en revisar planta por planta hasta la azotea del edificio. Cuando salen, el que dirigía a la brigada me reconoce y me comunica que ya han acabado, yo les conduzco a los moradores de la vivienda y les explican la situación y las consecuencias posteriores. Hablan de que lo quemado es la cocina y el salón, de si tienen o no seguro de incendio, y yo les dejo, para conversar con mis vecinos, en medio del pasillo totalmente ennegrecido por el humo. Nos alegramos de tener extintores en la escalera y comentamos las medidas de seguridad de los bloques y de la calle (seguro, paso del camión de bomberos, etc.) Todavía siguen llegando vecinos (jovencitos) tras sus "jornadas de diversión", que miran asombrados lo ocurrido.
Cuando todos se van son las seis de la mañana, más o menos. Estoy cansado, pero tardo en dormirme. Hoy me he levantado tarde....pero al menos ileso y sin daños en mi vivienda. Ya es algo. Hoy sí tengo ganas y algo de qué escribir.

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