miércoles, 13 de agosto de 2008

Ahora, el califato

Tras la metedura de pata de un concejal de ICV con la campaña “Apadrina un niño extremeño”, que causó una catarata de protestas, y la disculpa pública del autor; la continua presencia del asunto de la financiación autonómica en la agenda política del verano, debido a la (presunta) escasez de noticias y al cumplimiento del plazo establecido en el Estatuto de autonomía de Cataluña sin llegar al acuerdo que recoge (absurdamente) dicha norma, está “obligando” a algunos a buscar notoriedad a base de bufidos. Ahora quien sale a la palestra, con la locuacidad típica que provoca un micrófono a la altura de la barbilla en un pasillo, es el consejero catalán de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet, de Esquerra Republicana de Catalunya, quien ha declarado: "Cataluña, con una sola voz, está diciendo lo que piensa sin complejos. Hay una especie de alianza histórica entre las dos Castillas y Madrid y lo que podríamos denominar El Califato que se permiten el lujo de dictaminar quién ha de pagar y quién ha de recibir".

Este personaje, supongo, quiere hacer la gracia hablando de “El Califato”, denominando así a Andalucía, y demostrando una absoluta ignorancia sobre el origen de nuestra comunidad, tal vez influenciado por otros nacionalistas, supuestamente de izquierdas (o de derechas, o centro, según les interese), como son los andalucistas, pretendidos herederos del legado de Blas Infante. ¿Cómo le sentaría a este señor que otros nos refiriésemos a los catalanes, llamándoles los “fenicios”, por ejemplo?. Seguramente protestaría y nos acusaría de racismo. Otro agravio más, claro. Pues que se aplique la misma medicina.

Ya se sabe que los conversos tienden al fanatismo de forma desmedida y, muchos de ellos, añadiendo dosis de dramatización. Algunos otros, como el concejal de ICV, incluso, pretenden hacerse el gracioso. Como esta “izquierda” (y no solo la catalana) mamó el nacionalismo, como un componente más de su programa político (buena culpa de ello la tiene el estalinismo militante de muchos grupúsculos de la extrema izquierda de los años sesenta y setenta), teniendo poco encaje (por no decir ninguno) en el bagaje intelectual y práctico del movimiento obrero y progresista internacional, la adaptación a la práctica política hace que se quiera demostrar que se es más nacionalista que quienes, de verdad, hacen de esa ideología el fin de su quehacer político (la derecha). Vamos, que son más papistas que el papa. Y se termina insultando a quienes, teóricamente, son la causa de tu compromiso (los más débiles social y económicamente), por el simple hecho de hablar una lengua diferente a la tuya, gustarte una música popular concreta o residir en un domicilio lejano o fuera del límite aduanero. Por eso me parece simplemente patético (además de ilegítimo) este permanente ejercicio de la izquierda catalana (incluyendo, por supuesto, al PSC de Montilla) por hacer del nacionalismo su principal objetivo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca ha sido una buena idea mezclar Socialismo y Nacionalismo. Sale lo que sale.

Estoy cansado de esta gentuza. De verdad.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Efectivamente. Es como mezclar agua y aceite, es imposible, la nación "tira" más que la gente y sus necesidades. Siempre terminan hablando de historia mitológica, fronteras, carnets de identidad, ejércitos, guerras, campos de trabajo...

El conflicto como forma de ser, y no como solución de problemas. La antesala de la opresión. Están locos esos que dicen ser de izquierda y nacionalistas, al mismo tiempo.

Anónimo dijo...

La verdad que nunca he entendido lo de los nacionalismos y creo que seguiré igual de ceporro con estos temas. Suelo pasar de los nacionalismos y noticias relacionadas, pero esto me ha parecido bastante iriente, más aún viniendo de gente de la izquierda. Las prioridades de cada uno quedan patentes.
La pena que me da de esto es que al final, el resto de españoles acaba cogiendole tirria a los catalanes. Los políticos catalanes juegan muy mal con esto y quien lo pagan son sus ciudadanos.
Interesante blog, prometo repetir. Saludos de un granaino.

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Cierto, niño yuntero, estas cosas hacen que nos enfrentemos entre comunidades y quien paga el pato son los ciudadanos. Por eso tengo clarísimo que el nacionalismo no es de izquierda.

Muchas gracias por los elogios al blog, pásate cuando quieras por aquí...Yo no pido el carnet de identidad nacional a nadie.