miércoles, 3 de septiembre de 2008

La murmuración como política

La hija de 17 años de Sarah Palin, embarazada

Su madre, candidata republicana a la vicepresidencia de EE UU, es una firme defensora de los valores tradicionales de la sociedad

ELPAÍS.com 01/09/2008

Un diario marroquí lanza una campaña contra Aznar basada en infundios

El periódico online marroquí L'Observateur, especializado en política internacional, ha recurrido a una patraña de índole personal para intentar deteriorar la figura de José María Aznar. A través de un comunicado, la Fundación FAES ha desmentido rotundamente el infundio según el cual Aznar sería el padre del hijo que espera la ministra de Justicia de Francia, Rachida Dati, de origen marroquí, y ha anunciado acciones legales contra el diario.


La derecha y su manía de mezclar lo público y privado....Estamos acostumbrándonos a que nos bombardeen con su moralismo vacuo e intransigente. Ya me hice eco de lo que, para mí, es una muestra de pensamiento totalitario, cuando interrogaron, a modo de confesión religiosa, a los candidatos presidenciales de Estados Unidos, McCain y Obama. El entrar en la vida privada como forma de juzgar el proceder político es un procedimiento socorrido de quienes no tienen argumentos políticos para atacar a sus oponentes. Y esto es lo que veo en las dos noticias que encabezan este post.

Se ha argumentado sobre las cualidades de la candidata a vicepresidenta con McCain, su poca experiencia, sus planteamientos ultraconservadores. El hecho de que su hija se quede embarazada fuera del matrimonio, y no pase nada, es la refutación (mil veces acreditada) de ese planteamiento moral que condena muchos comportamientos humanos (perfectamente lícitos), por no coincidir con los dictados morales de los sacerdotes de las tres religiones del libro (judíos, musulmanes y cristianos), con su absurda animadversión hacia algo tan natural como es el sexo. Demuestra que no valen los intentos de atribuir legitimidad solo al sexo practicado dentro del matrimonio administrado según las reglas de cada una de esas confesiones. Pero eso no es ninguna novedad. Y tampoco lo es que ese comportamiento se da entre los fieles más veces de lo que quisieran esos ministros del señor, incluyendo a los políticos de cualquier credo. No creo que eso sea motivo para atacar, como algunos están haciendo, a la candidata a vicepresidenta por los republicanos.

El caso de Aznar tiene doble lectura. La primera es que de vez en cuando salen rumores sobre la vida privada del ex presidente. Por mucho que nos guste el chismorreo, no creo que sea legítimo atacarle políticamente por ello. Ya hay razones más que suficientes en su trayectoria, antes, durante y después de su mandato presidencial, pero de índole política, para criticarle. Además creo que el rumor es falso, por donde surge, un diario marroquí. Marruecos tiene verdadera inquina contra Aznar, tras su actuación gubernamental. Lo de la “guerra” de Perejil, unido al descarado posicionamiento pro-yanqui y anti-islamista, de este hombre hacen comprensible la antipatía demostrada por los magrebíes. No en balde, miembros de esta etnia desempeñaron un importante papel en el atentado del 11 M.

Pero el moralismo conservador-religioso comentado anteriormente también ha sido empleado en nuestro país, siempre para atacar a miembros de la izquierda. Recordemos el caso del hijo extramatrimonial de Alfonso Guerra. Hubo un verdadera cacería política y en los medios de comunicación. El argumento es el mismo que usan los “creadores de opinión” conservadores estadounidenses: “quien engaña a su mujer, puede engañar a los ciudadanos a los que gobierna”. ¿Quiere esto decir que si pones los cuernos a tu cónyuge, sabiéndolo él o ella, ya no es un acto condenable moralmente?. No obstante, cuando, como en este caso, el protagonista de la noticia es de derecha, salen los comunicados amenazando con querellas y el coro mediático, que flagela con saña a los izquierdistas cogidos en similar falta, clama al cielo, hablando de campañas de difamación y de malas artes para atacar al adversario político, en lugar de “querer saber”, de exigir explicaciones, de pedir la consabida investigación. Es la hipocresía típica y tópica de la moral burguesa.

Repito, no me creo el rumor de la paternidad, desmentida ya, curiosamente, no por el afectado sino por FAES, la fundación que preside (con lo que se le da tinte político a un asunto privado, algo que no cuadra, y que permite su crítica pública). Y reitero mi desacuerdo con usar la vida privada como argumento político. Por eso, tampoco me creo la integridad moral de nuestros liberales, o conservadores, que es lo que son en realidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de Aznar, me da la risa, no lo puedo evitar. Un Aznarin gabacho- "pie noire", crecidito, tendria muchomás peligro que el descendiente politicamente muerto hijo del Sr. Suarez.
En cuanto a lo de yankilandia y la "vice", solo hay que verle la cara para entendenrla. Imaginatela. con lo torpe que es, con un "kalashnikov" en sus manos. ¡Pa hecharse a temblar!

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Simplemente no me creo la partenidad, y mientras sea en Francia, me importa poco, políticamente nada, más bien. Lo de la vice es tremendo, sensaciones contradictorias: politicamente despreciable. Una miss más que no sabe nada del mundo en que vive...pero como miss, oiga, me pone. Y esa imagen con el fusil...¿tendré algo de masoca?. Hay bajos instintos iconfesables.

La sonrisa de Hiperion dijo...

No si es que como hemos dichos ya tantas veces... La jodienda no tiene enmienda. Ya seas de izquierdas o de derechas... jajajaj
Saludos

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Sabias palabras, Hiperión. Saludos.