domingo, 15 de abril de 2012

Elefantes


En septiembre del año pasado hablé de una película francesa, titulada "Un elefante se equivoca enormemente". Una comedia que creía para niños y que en realidad era sobre uno grupo de amigos que viven y se cuentan sus experiencias extramatrimoniales. Se dice que en ella se basaron, para hacer posteriormente, "La mujer de rojo".


Otros elefantes son los que nos traen "abatidos" este fin de semana. Los muertos en África, en los safaris. Expediciones de caza mayor de alto coste, que están siendo de actualidad por el accidente del rey, cuando se ha roto la cadera, mientras asistía a una de esas orgías venatorias. 

Pobres elefantes, pobres búfalos, pobres leopardos, que, sin embargo, hacen ricos a los organizadores de los safaris, a la luz del coste por pieza cobrada. Y pobres de nosotros, que pagamos la sanidad pública, a la que van a aplicar severos recortes, incluso implantando el "copago" o "repago". Y del que se librará nuestro monarca, al que además le pagamos su sueldo, unos emolumentos que le permiten cazar elefantes en África a 37.000 euros por cabeza (más alojamiento, viaje, manutención, etc).

A muchos nos gustan más otras actividades con los elefantes. Que se cuenten cuentos de elefantes, como Dumbo. Que hagan series de televisión de elefantes, como Babar. Que se trate con dignidad a los "hombres elefante" y no como al de la película. Elefantes de ficción o reales, africanos o asiáticos. Que se veneren y ensalcen a elefantes, como en la India. O que se canten a los elefantes en canciones infantiles:

"Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña
Como veía que no se caía
fue a buscar otro elefante.

Dos elefantes se balanceaban
sobre la tela de una araña
Como veían que no se caían
Fueron a buscar otro elefante

Tres elefantes..."

Elefantes rosas, elefantes blancos, rojos, azules, elefantes en libertad o junto a Tarzán ("ankagua, Tantor"). Elefantes para niños, elefantes para adultos, que acierten, o se equivoquen enormemente. Claro que, si la canción infantil nos lleva al safari de los adultos, mejor acordarse de otras cosas. No sé por qué a mí me ha traído a la memoria la versión del desaparecido grupo cordobés "Pabellón siquiátrico" de esta canción, "La tienda de campaña", tan corrosiva, tan cachonda, tan de adultos juguetones... tan ¿de actualidad?



¿Una alemana? ¿De qué me suena esto? ¿Necesitamos vengarnos de alguna teutona, por nuestra precaria situación? El inconsciente juega malas pasadas. Sobre todo cuando sale a relucir por actividades tan arcaicas como la caza...o sus consecuencias, cuando la practican "las más altas magistraturas del estado". Alemania, paquidermos, crisis, sanidad, monarquía, universidades, operaciones, tiendas de campaña, ... rara mezcolanza. O venganza metafísica. Será porque hoy es domingo y tengo ganas de descansar.

4 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Ahora o nunca: España mañana será republicana.
¿O no?

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

No te hagas muchas ilusiones, Jesús. Por si acaso...

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Yo no entiendo qué placer puede haber en matar a un animal por deporte sin querer tampoco criticar a los que lo hacen de forma legal y sostenible. Entiendo al cazador que caza por sustento y su felicidad al cobrase una pieza que lo alimentará y vestirá. Dicho lo cual lo del rey me parece inmoral, no por el hecho en sí de matar un elefante, sino por lo inconsciente e indolente que se muestra primero con el resto de españoles que las están pasando canutas segundo con su propia familia que cada vez está más desestructurada con el único bastión del principe y Leticia. Queda el tema de dejar claro quién pagaba la caceria y si se le ha hecho algún favor a costa del estado no vaya a ser que Urdangarín tuviera razón cuando decía aquello de, "aquí todo el mundo hace lo que le da la gana y nadie dice nada".

Francisco Javier Domínguez Peso dijo...

Quinto Forajido, no tengo nada contra la caza, como necesidad o deporte. Lo que me parece mal, como a tí, es la forma en que lo ha hecho el monarca: en plena crisis, con un dispendio grandioso, con los problemas familiares (el tirito de Froilán...). Lo de los elefantes es otra cosa. Están protegidos. Es inmoral ser presidente de honor de Adean-WWF y matar animales protegidos.

En fin, el rey se ha equivocado y ha levantado una polvareda tremendamente grave.