viernes, 13 de abril de 2012

La foto del viernes: Viernes 13, la saga continúa en pantalla


Cospedal: "¿Seguimos dando hachazos, Mariano?"
Rajoy: "Espera, María Dolores, que primero me pongo la careta de Jason, y seguimos con los recortes".

Como si de una película moderna de terror se tratase, de esas que tienen su segunda, tercera, cuarta y sucesivas continuaciones, los recortes del gobierno del PP han conocido un nuevo estreno esta semana, en estas salas, que al paso que van, se verán pronto desiertas por falta de dinero para pagar la entrada: Un nuevo hachazo al sector público de 10.000 millones de euros, aún sin concretar, en educación y sanidad. Dos de los pilares básicos del Estado del Bienestar español sufriendo amputaciones de gravedad, después de haber hecho un proyecto de presupuestos que no las recogían. Como ha dicho el ministro de economía De Guindos, todo responde a un plan preconcebido: "por convicción propia y no por presión de los mercados ni porque se haya impuesto desde fuera". 

El "asesino en serie" del estado de bienestar ataca de nuevo, como Jason, el de la película Viernes 13. No nos quieren dejar en paz. Y hasta los mercados reaccionan en contra. Alguien comparaba en televisión la situación de España "como una larga enfermedad, de esas que no se nombran", y en la que hay que aplicar remedios duros como la quimioterapia, porque "de esto al final se sale". No es verdad, no nos tratan como si tuviese cáncer la economía española. Aplican la terapia de las gangrenas: la amputación. Ya empezaron cortando las piernas, ahora van a por los brazos. Es el gran error: España necesita sus "brazos", y que se pongan a producir. No podemos confiar en convencer a los demás para que nos presten, para vivir del crédito. Necesitamos generar riqueza nosotros mismos, no enfriando la economía, sino estimulándola. Los recortes nos dejan sin medios para producir, nos hunden más y más. Y a este paso, la gangrena seguirá extendiéndose y llegará al cuello. Entonces solo cabrá un recorte más: el de la cabeza. Y así ya no habrá remedio, ni salida. 

En realidad no ponen más que excusas para acabar con el modelo de estado que pactamos en la Transición. ¿Cuando acabará esta maldita y cruenta saga?

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