Algunas veces siento cierta rabia por los términos que se usan en periodismo. Últimamente anónimo uno de esos términos que se usan equivocadamente. Hoy Monserrat Domínguez, en la SER, se refería a ciertos personajes conocidos, creo que Richard Gere y el Dali Lama, a los que se unían "miles de personajes anónimos" protestando por la ocupación china del Tibet. Y se me removieron las entrañas, una vez más. ¿Miles de padres y madres que se olvidaron de poner nombre a sus hijos?, pensé. Anónimo es "sin nombre", no "cuyo nombre es desconocido". Parece que, al no ser populares, al no conocer el periodista de turno su identidad (no se puede saber de todo), se los minusvalora quitándole algo fundamental para distinguir su identidad, su nombre. No, señores y señoras periodistas (sean o no famosos), todos tenemos nombre, puede ser anónima nuestra obra, si no la identificamos con nuestra autoría. Pero los humanos, seamos o no famosos, no somos anónimos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario