Cumbre contra el hambre

Las Cumbres Mundiales sobre la Alimentación organizadas por la FAO, en 1996 y después en 2002, terminaron con el compromiso de reducir a la mitad el número de personas hambrientas para el año 2015. Al suscribir los Objetivos de desarrollo del Milenio de la ONU, los dirigentes mundiales se comprometieron a reducir la pobreza extrema y el hambre a la mitad para el año 2015 y a garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Estamos a 2008 y el hambre vuelve a ser un problema mundial. No solo no hemos avanzado en conseguir esos objetivos, sino que la ayuda al desarrollo y para luchar contra el hambre se ha visto reducida. Para colmo se vuelve a hablar de escasez de alimentos y de subida del precio de éstos.

Hoy en la actual cumbre de la FAO, España, a través del presidente del gobierno, se ha comprometido a un paquete de ayudas con un presupuesto de 500 millones de euros hasta 2012. "No queremos que se quede en un Cumbre de meras palabras", aseguró José Luis Rodríguez Zapatero, ante el alza de los precios de los alimentos en los países más pobres.

Sin embargo, también se han oído hoy otras palabras que suenan a música celestial, pero en el peor sentido. El presidente iraní , Mahmud Ahmadineyad, criticó a la ONU por tener a los países poderosos en el Consejo de Seguridad. Y propuso "la propagación de un pensamiento religioso y humano y unos valores éticos", junto con ocho medidas concretas. Entre esas medidas, la de "hacer esfuerzos universales para la expansión de reglas éticas y valores humanos, así como facilitar el acceso al poder de dirigentes puros y monoteístas". Esto, que se asemeja a los contenidos de las hojas parroquiales y sermones de la Conferencia Episcopal, lo critica la web del "pequeño talibán de sacristía", como lo llamó Luís del Olmo.

Luego el ex primer ministro británico Tony Blair ha anunciado la creación de una fundación para provocar el entendimiento entre religiones como fórmula para responder ante los "retos comunes" de una sociedad en "permanente cambio" e intentar la erradicación de problemas "globales" como el hambre o la guerra.

Estos “líderes mundiales” coinciden en no aportar fondos para el desarrollo, en no dedicar recursos para ayudar a los pobres, y en confiar en argumentos irracionales como fórmula para arreglar los problemas de la humanidad. ¡Qué retroceso! ¿Cómo íbamos a ponernos a trabajar en esos objetivos del milenio cuando uno de los principales gendarmes de occidente estaba pensando en formar una entidad religiosa?. Y el otro en su carrera nuclear, para mayor gloria de Alá...Con estos ejemplos, me temo que habrá otras cumbres mundiales, como ésta, y que seguiremos hablando de luchar contra el hambre, con palabras grandilocuentes, y hasta teológicas...y la gente se seguirá muriendo mientras tanto. ¡Que hartazgo!