Segregacionismos, sexismos, moralismos

Ni un euro para los segregacionistas, ni un euro para los sexistas, ni un euro para los racistas, ni un euro para los xenófobos. Esto es lo que debemos exigir a nuestras autoridades educativas. El Tribunal Supremo lo respalda. No es tolerable que cualquier convicción moral, sea la que sea, se propague en los centros educativos, financiándose con fondos públicos. El Estado (o la comunidad autónoma respectiva) tiene derecho a imponer la igualdad de oportunidades y la no segregación en los centros concertados: “El sistema de enseñanza mixta, en el caso de los centros concertados [privados pagados con dinero público], es una manifestación o faceta más de esa competencia sobre la admisión del alumnado que corresponde a la Administración educativa que financia dichos centros", dice el Supremo. La "educación diferenciada", en los concertados, "no forma parte" de su "derecho a la dirección".

Los que respaldan la objeción de conciencia contra la Educación para la Ciudadanía alegan que sus convicciones religiosas y morales no coinciden con la igualdad de género, luego crean colegios segregacionistas, y no admiten asignaturas que les enseñen a sus hijos e hijas que tienen igualdad de derechos y pueden convivir en igualdad. Eso es lo que ha respaldado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía en las resoluciones que admiten la objeción de conciencia, pero el Tribunal Supremo ha abierto una importante brecha en este argumento, basado más en convicciones religiosas, que en la ley. "Ni la LODE ni la LOCE reconocen a los titulares de los centros concertados el derecho a establecer en ellos un sistema de enseñanza diferenciada como parte integrante de su derecho de creación y dirección de centros privados y que, por esta razón, deba ser aceptado", señala la sentencia. Está claro, si quieren crear centros racistas, xenófobos, sexistas, segregacionistas, que lo hagan, pero SIN UN SOLO EURO DE NUESTROS IMPUESTOS.