Este fin de semana ha estado bastante completito con congresos de partidos. Pero me voy a centrar en tres, para mí, significativos.
Convergencia Democrática de Cataluña ha celebrado un congreso que, por el resultado, parece propio de un partido resentido por su pérdida del poder. Artur Mas no ha conseguido quitar hierro al carácter soberanista de la ponencia política aprobada. Este partido, que en coalición con Unió Democrática, ha supuesto un factor de moderación de la política española se está escorando hacia posiciones maximalistas, que ningún beneficio les trae ni a ellos ni a sus potenciales socios en la política española. Cuando se pierde el poder, sobreviene la crisis, sea cual sea.
El PP vasco ha elegido a Antonio Basagoiti, el candidato de la dirección de Rajoy, teóricamente en la línea moderada del partido.Otro palo para los críticos, encabezados por María San Gil y Jaime Mayor Oreja, que ni siquiera han asistido y, por tanto, planteado batalla. Por cierto, en contra de lo que anunció este último: “Tras expresar su «admiración» por la dirigente de los populares vascos, dijo que «María y yo y otras muchas personas vamos a dar la batalla para que el PP, dentro de nuestras enormes limitaciones, sea un partido que sea una garantía y vamos a dar esa batalla». En este contexto, advirtió de que «no nos debemos contagiar por el proyecto de Zapatero. No quiero un PP arrastrado en la segunda transición». (ABC 14-05-08). También he de recordarle que “segunda transición” fue como denominó Aznar a su proyecto político para sustituir al del PSOE y Felipe González, y que plasmó y así denominó en un libro publicado por él:
España : la segunda transición / José María Aznar,
Madrid : Espasa Calpe, D.L. 1994
El tercer congreso al que me gustaría referirme es el celebrado en Granada, por el PSOE de Andalucía. Ya publiqué unas primeras impresiones. Ahora quiero reseñar algunas luces y sombras, como de los anteriores congresos comentados.
España : la segunda transición / José María Aznar,
Madrid : Espasa Calpe, D.L. 1994
El tercer congreso al que me gustaría referirme es el celebrado en Granada, por el PSOE de Andalucía. Ya publiqué unas primeras impresiones. Ahora quiero reseñar algunas luces y sombras, como de los anteriores congresos comentados.
La ejecutiva ha salido con un amplio respaldo, confirmándose la secretaría de organización para Rafael Velasco. La ponencia aprobada pretende dar respuesta a los nuevos retos de nuestra comunidad, aceptándose el 60% de las enmiendas de los militantes. Creo que lo que se anunció el viernes sobre Blas Infante se ha cumplido. Una mujer, Petronila Guerrero es aupada a la presidencia del partido. Y, aunque es joven, la muy amplia experiencia del anterior secretario de política institucional, hace confiar en que Rafa Velasco hará un buen papel en su nueva responsabilidad. Pero también hay sombras, como decía. Antes del congreso se habló de la posibilidad de que Manolo Chaves dejase la secretaría general. Eso hizo pensar en Luis Pizarro como sustituto. La coincidencia actual entre este cargo orgánico y la presidencia de la Junta de Andalucía provocó “movimientos”. Alguien pensó en que nombraban “delfín”. Y hubo marcha atrás. Muchas veces se habla de un relevo en ese cargo institucional. Y ahí se queda la cosa, y parece que así se quiere dejar. Eso indican las llamadas de Zapatero y su apoyo a Chaves. Pero ese debate habrá que hacerlo algún día (ganando elecciones por mayoría absoluta, lo imposibilita). No obstante no reparamos en estas decisiones con detenimiento.
Ayer, Geógrafo Subjetivo me advertía en Twitter sobre lo que recoge la Disposición adicional quinta de los Estatutos Federales del PSOE: Ningún cargo orgánico ejecutivo podrá ser ocupado por la misma persona durante más de tres mandatos consecutivos.
Es el caso de Manolo Chaves, elegido por quinto mandato consecutivo secretario general. Yo entiendo los problemas de sucesión interna y en la Junta, pero que aprobemos unos estatutos que vamos a incumplir una semana después, me parece impresentable. Lo mejor, y lo lógico, es no poner cosas como estas, que hacen perder la credibilidad. Los congresos son algo muy serio, es el órgano soberano del partido, y por tanto, si no se está de acuerdo con algo, no se debe incluir en las resoluciones, por muy bonito que nos parezca o porque se quiera contentar a alguien. Esto no puede ocurrir.
Compañero, el último párrafo me parece magistral. Comparto tus impresiones. Además me has hecho recordar el tiempo en el que la Secretaría General del PSOE-A y la Presidencia de la Junta no eran asumidas por la misma persona.
ResponderEliminarArtur Mas no ha superado nunca que se formara el tripartito y él se quedara en la oposición. Se cree como Pujol, incluso parece que le imite, pero no le llega ni a la suela de los zapatos.
ResponderEliminarGeógrafo, gracias. Yo también he recordado esos periodos en los que no coincidían secretaria general y presidencia de la Junta, pero con desagrado. Fueron momentos duros, en los que vivíamos multitud de enfrentamientos, guerristas contra renovadores, unos contra otros, partido contra gobierno. Se decía que el partido debía estar dirigido por quienes no tuvieran responsabilidades institucionales para darle más dinamismo, para que tuviera vida propia. ¡Cuentos!. Un partido que "tiene vida propia" es el que va por un camino diferente al de la política que se desarrolla en las instituciones, y eso termina por bloquear a las instituciones que se gobiernan, a base de conflictos personales o de grupo, con el consiguiente perjuicio para los ciudadanos que nos han situado allí con su voto. Y no se puede dirigir las instituciones desde la sede del partido, como también se ha dicho. Por eso soy partidario de hacer coincidir la dirección política del partido con la de la institución (gobierno del estado, de la comunidad autónoma, o ayuntamientos) cuando somos mayoritarios y gobernamos. Y si alguien gana, y lo hace, además como Chaves, con mayoría, no se le deben poner cortapisas artificiales, como las que recogen los estatutos. Esto de las limitaciones y las incompatibilidades de cargos ya era la "panacea" en esos tiempos de enfrentamiento. Y tanto unos como otros se han olvidado luego de lo que pedían, simplemente, por el viejo principio político del "quítate tú, que me ponga yo", disfrazado de "axioma político fundamental". Eso es lo que creo que deben tomarse en serio nuestros delegados en los respectivos congresos. No poner cosas que nunca se van a cumplir. Pero, claro, la mayoría de los delegados prefiere las negociaciones, el pasillo, antes que entrar a debatir en serio estas cuestiones.
ResponderEliminarEuphorbia, tienes razón, Artur Mas no le llega a las suelas de los zapatos a Pujol. Pero es que últimamente se está imponiendo también en política el requerir "buena presencia", como cuando te presentas a una entrevista de trabajo para comercial o ejecutivo de tercer nivel en una empresa. Y la apariencia no es garantia de eficiencia.