Esta es la cabra Sole. Bueno, era, porque esta noche nos la vamos a comer en una parcela campestre. Era "pariente" de algún ejemplar de aquel rebaño con el que nos encotrábamos Ana y yo, cada tarde que salíamos a perder unos kilitos, caminando por los bellos parajes de nuestra geografía local.Bueno, tampoco era una cabra. Aunque tenía nombre de hembra, era un chivo, un macho. Cosas de las mujeres (está tan de moda el lenguaje feminista/"feministo"....), le pusieron ese nombre y luego descubrieron, "0h, por Dios", que tenía atributos masculinos. Así que había que dar cuenta pronto de sus tiernas carnes. Esta noche será el evento. Descanse en paz...y en nuestros aparatos digestivos.
Todos los kilitos que pretendías perder los vas a recuperar esta noche. Lo que tienes que procurar es que no te coja el padre de la criatura por el puente porque lo que vas a perder es el culo corriendo.
ResponderEliminarQue razón tienes, maki, en las dos cosas. Así que solo probaré un poquito (espero que haya más viandas), y no pasaremos por el puente, que correr es de cobardes.
ResponderEliminarDescanse en paz. Sole va a cumplir su misión en la vida, alimentarnos. Enhorabuena a todas aquellas que saben separar el concepto de mascota de el del animal que se cria con fines de supervivencia. ¿Qué sería de nosotros si no rspetaramos la cadena trófica?
ResponderEliminarY Enhorabuena a todas aquellas que saben convertir a "La Sole" en un motivo para compartir con los amigos buenos momentos disfrutando de los placeres gastronómicos.
Sabias palabras, Anamari.
ResponderEliminarESPERO QUE LA VELADA HAYA SIDO DE VUESTRO AGRADO. SIN DUDA LA SOLE NOS DEJÓ UN BUEN SABOR DE BOCA, PEREO NADA COMPARADO CON LA COMPAÑIA CON LA QUE DE DEPARTIÓ.
ResponderEliminarSin duda, fue de nuestro agrado, como siempre. Y eso que nos visitó el fantasma de la Dama Blanca de Santa Clara....uuuuuuuuu! que miedo (o sea, que risa)
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