Ayer se votó una declaración de la ONU que impulsa a acabar con las violaciones de los derechos humanos fundadas en la orientación sexual y la identidad de género. El documento, firmado por 66 países y presentado por Argentina, significa el primer paso para la despenalización universal de la homosexualidad. A principio de este mes saltó la polémica al anunciar Francia la intención de presentar un texto similar, en nombre de la Unión Europea, para exigir la despenalización mundial de la homosexualidad, y conocerse la opinión contraria del Vaticano. En el núcleo del texto en su párrafo 11, se pedía a los países que tomen "las medidas necesarias, administrativas y legislativas, para garantizar que la orientación sexual y la identidad de género no sean bajo ninguna circunstancia causa de sanción penal, en particular ejecución, arresto o detención". La mención a la pena capital no es casual, ya que, según el último estudio de la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA, en inglés), hay ocho países en los que los actos homosexuales están castigados con la muerte: Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen y algunos Estados del norte de Nigeria. Cuando se conoció la oposición del Vaticano, se habló de que éste era partidario de aplicar la pena de muerte a los homosexuales, cosa que desmintieron, aunque alegaron que el motivo para oponerse a la iniciativa era que daba pie a reconocer el derecho al matrimonio entre homosexuales, opinión a todas luces estrafalaria, al no hablarse de ello en el documento. Pero, reconocer derechos a los homosexuales (incluido el derecho a la vida), parece que escuece entre las sotanas.
Hoy la derecha mediática aprovecha que el “Pisuerga pasa por Valladolid” y carga las tintas con el documento con el que contraatacaron países musulmanes, que se oponían a la despenalización, para culparles de la división creada en el seno de la ONU y de homofobia. Una vez más la sacrosanta hipocresía de la derecha española. Defienden la postura contraria del Vaticano, pero critican la misma postura cuando la expresan musulmanes, y se oponen a éstos por racismo y xenofobia. Nada se comenta por su parte de la oposición Estados Unidos, China Y Rusia. De los dos últimos países ¿qué se puede decir?. China sigue siendo una dictadura totalitaria de férrea moral conservadora (como todas las dictaduras sean de derechas o comunistas). Rusia es un sucedáneo de democracia, con claros tics autoritarios y corruptos. Pero Estados Unidos es una democracia liberal y aducir “que el sistema federal le impide tomar este tipo de compromisos” es simplemente una excusa que oculta la cerrazón de la actual administración republicana en materia de moral sexual, por prejuicios religiosos, además de ser contrario al espíritu y la letra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo sesenta aniversario estamos celebrando (y motiva, por cierto la presentación en la ONU de esta iniciativa), que en su articulo segundo dispone:
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Hoy la derecha mediática aprovecha que el “Pisuerga pasa por Valladolid” y carga las tintas con el documento con el que contraatacaron países musulmanes, que se oponían a la despenalización, para culparles de la división creada en el seno de la ONU y de homofobia. Una vez más la sacrosanta hipocresía de la derecha española. Defienden la postura contraria del Vaticano, pero critican la misma postura cuando la expresan musulmanes, y se oponen a éstos por racismo y xenofobia. Nada se comenta por su parte de la oposición Estados Unidos, China Y Rusia. De los dos últimos países ¿qué se puede decir?. China sigue siendo una dictadura totalitaria de férrea moral conservadora (como todas las dictaduras sean de derechas o comunistas). Rusia es un sucedáneo de democracia, con claros tics autoritarios y corruptos. Pero Estados Unidos es una democracia liberal y aducir “que el sistema federal le impide tomar este tipo de compromisos” es simplemente una excusa que oculta la cerrazón de la actual administración republicana en materia de moral sexual, por prejuicios religiosos, además de ser contrario al espíritu y la letra de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo sesenta aniversario estamos celebrando (y motiva, por cierto la presentación en la ONU de esta iniciativa), que en su articulo segundo dispone:
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Al final el Vaticano ha callado en la ONU. Su fundamentalismo religioso y su integrismo moral le impulsaban a oponerse, pero han preferido callar ante el revuelo y las protestas de los defensores de los derechos humanos y la comunidad homosexual. Como parece que no se ha aprobado la declaración expresa de prohibición de persecución penal de la homosexualidad, guardan su artillería para mejor ocasión. No en balde siguen erre que erre con sus postulados y en esta semana han atacado la asignatura de Educación para la Ciudadanía desde el mismo Vaticano por considerarla “una intromisión estatal absolutamente ilegítima en la educación de los jóvenes”. La intromisión estatal no es ilegítima cuando se trata de financiar a la Iglesia y sus actividades con nuestros impuestos, pero a la educación la consideran coto privado. Y hablan de esta “intromisión” como “estadolatría”, cuando ellos también son un estado, el estado Vaticano o Santa Sede (por eso tienen presencia como observador en la ONU, y legaciones diplomáticas en multitud de países), la única monarquía absoluta que queda en Europa, una teocracia (al estilo iraní) en el corazón de la democracia, que como comprobamos, sigue sin respetar los derechos humanos.
Una buena noticia a pesar de lo que digan los de siempre.
ResponderEliminarDisculpa mi ausencia de estas últimas semanas pero he estado perdida por no sé donde. De todas maneras, me ha ido bien la desconexión y espero ir volviendo con fuerzas renovadas.
Un beso
Que se aprovechen ahora que pueden, que el Pisuerga pronto dejará de pasar por Valladolid, el cambio climático nos afectará a todos por mucho que lo niegue algún expresidente o el primo del candidato.
ResponderEliminarPor otra parte,si el Vaticano está de acuerdo con el asesinato de los homosexuales, la familia católica pronto quedará diezmada, sufrirá más bajas que en todas las cruzadas juntas.
Si las paredes de los monasterios, conventos, iglesias y seminarios hablaran...
Bienvenida, Euphorbia, espero que estés mejor de salud y actualices tu blog. Besos.
ResponderEliminarAprendiz, para ellos mismos no les sirve la pena de muerte. Están acostumbrados a dejar en secreto tras esas paredes sus vergüenzas y abusos. Que ellos sí que están acostumbrados a dar rienda suelta a sus tendencias abusando de otros, impunemente.