Navidad apócrifa

Sabemos que muchos de los objetos “esenciales” de la navidad han sido extraídos de “tradiciones” que no aparecen en los evangelios canónicos, sino de los evangelios apócrifos y de otras culturas religiosas anteriores al cristianismo y con pujanza en los territorios donde se fue extendiendo. Amén de ser tretas para popularizar la fe impuesta por el emperador Constantino y sus aliados, continuadas por sus sucesores, como método de propaganda posteriormente. Ya he comentado las técnicas de asimilación por la población de elementos religiosos cristianos por medio de la “relectura” de tradiciones paganas, que se conoce como “aculturación”.

También la reutilización de la liturgia y los elementos de culto (incluidos los arquitectónicos) ha sido una norma frecuente de “conversión”. En nuestro viaje de novios de octubre pasado vimos muchos ejemplos de esta forma de proceder. Recuerdo el caso de Asís, donde el Templo de Minerva fue transformado en la Iglesia de Santa Maria sopra Minerva, conservando la fachada (como vemos en la foto) para adornar el templo cristiano. En Asís, además, nació la tradición de los belenes, instaurada por Francisco, el fundador de la orden franciscana. Realizando una representación del supuesto nacimiento de Jesús, consiguió que la gente corriente se acercase a la fe que predicaba. Esta tradición se impuso en Italia y pasó a España adoptando esa forma de subsumir tradiciones locales para engalanar el mensaje original del nacimiento del “presunto Mesías”, como algo importante y próximo.

Hace unos días estuvimos en Córdoba y visitamos un belén de una iglesia, luego nos pasamos por uno de esos mercadillos callejeros que abundan en estas fechas, donde, entre viandas típicas (dulces, quesos, embutidos...), se vendían figuras y adornos para el belén. Me llamó la atención algo que se repetía y que no vi lógico (tal vez por no ser adicto a estas tradiciones): junto a las figuras de artesanos, pastores, reyes, pajes, vírgenes, niños, vacas, mulas, bueyes...muchas figura de puestos de venta de carne y granjas porcinas....con jamones, chorizos y demás productos del cerdo, perfectamente representados . ¡No puede ser!, dije, los judíos no comen cerdo. Es considerado un animal impuro que no se puede comer (una típica prohibición religiosa basada en preceptos del Levítico, muy conocida por cierto, y que tiene una explicación antropológica demostrada) y no se criaba ni se cría en Palestina. Así que incluirlo entre los componentes de belén es algo incongruente, sobre todo, cuando se pretenden representar “con fidelidad histórica” escenas de la vida de Jesús en un contexto supuestamente original.

Vemos, con este caso, que los intentos de asimilar fieles al cristianismo (para considerarlo religión mayoritaria) no reparan en falsificar (sin censura de ningún tipo) la historia y la cultura.