He estado dos veces en Venecia, hace 26 años y ahora durante el viaje de novios. Las dos veces me ha parecido una ciudad espectacular, pero sin el brillo cultural de otras ciudades italianas como Roma o Florencia, cargadas de lo mejor del arte occidental expresado en miles de años. Venecia, para mí, es un gran parque de atracciones temático, un espléndido decorado para una visita romántica y singular.
Todos los que íbamos en la excursión cometamos la suerte de poder ver esta obra humana, sobre todo, por los peligros que la amenazan. Los guías nos comentaron los peligros que le acechan. Se ha hundido 23 centímetros en algo más de un siglo. No paran de realizar obras de restauración, que resultan efímeras por la gran humedad que empapan los muros de sus edificios (cosa que pudimos comprobar en una fachada restaurada unos tres meses antes por el ayuntamiento, que se caía cuando la visitamos). El canal que construyeron para albergar barcos de lujo y gran calado provoca más mareas altas de las que solían padecer antes. Y, para colmo, el Estado se ha desentendido del dique que estaban construyendo para prevenir crecidas (el proyecto Moisés), y de ayudar en las obras de mantenimiento y restauración. Todo ello está ocasionando el abandono de sus edificios y la progresiva despoblación.
Hoy se ha registrado la mayor marea alta en más de veinte años, alcanzando 156 centímetros de crecida sobre el nivel del mar, y dejando inundada la mayor parte la ciudad. Parece paradójico que una ciudad que tiene multitud de canales en lugar de calles sea noticia por una inundación. Cuando estuvimos allí nos llamaron la atención muchas pasarelas apiladas en numerosas calles y plazas. Eran para permitir el tránsito de peatones cuando sube la marea. En las fotos (distribuidas por EFE) se ve colocar estas pasarelas. En una nuestra, junto a San Marcos se ven las “montañas” de estos armatostes. Da miedo comparar el nivel, que fue superado en el momento de más altura. Como también asusta pensar que allí estuvimos hace días, con un tiempo incomparablemente mejor...y sin correr peligro.
Sí, nos alegramos de haber podido ver esta vistosa ciudad-parque temático. Pero nos alegramos mucho más de poder contarlo a otros, otros que, de seguir así, solo podrán conocerla viendo fotografías de un pasado glorioso, cuando Venecia quede definitivamente hundida en la laguna, si alguien no pone antes remedio.
Todos los que íbamos en la excursión cometamos la suerte de poder ver esta obra humana, sobre todo, por los peligros que la amenazan. Los guías nos comentaron los peligros que le acechan. Se ha hundido 23 centímetros en algo más de un siglo. No paran de realizar obras de restauración, que resultan efímeras por la gran humedad que empapan los muros de sus edificios (cosa que pudimos comprobar en una fachada restaurada unos tres meses antes por el ayuntamiento, que se caía cuando la visitamos). El canal que construyeron para albergar barcos de lujo y gran calado provoca más mareas altas de las que solían padecer antes. Y, para colmo, el Estado se ha desentendido del dique que estaban construyendo para prevenir crecidas (el proyecto Moisés), y de ayudar en las obras de mantenimiento y restauración. Todo ello está ocasionando el abandono de sus edificios y la progresiva despoblación.
Hoy se ha registrado la mayor marea alta en más de veinte años, alcanzando 156 centímetros de crecida sobre el nivel del mar, y dejando inundada la mayor parte la ciudad. Parece paradójico que una ciudad que tiene multitud de canales en lugar de calles sea noticia por una inundación. Cuando estuvimos allí nos llamaron la atención muchas pasarelas apiladas en numerosas calles y plazas. Eran para permitir el tránsito de peatones cuando sube la marea. En las fotos (distribuidas por EFE) se ve colocar estas pasarelas. En una nuestra, junto a San Marcos se ven las “montañas” de estos armatostes. Da miedo comparar el nivel, que fue superado en el momento de más altura. Como también asusta pensar que allí estuvimos hace días, con un tiempo incomparablemente mejor...y sin correr peligro.
Sí, nos alegramos de haber podido ver esta vistosa ciudad-parque temático. Pero nos alegramos mucho más de poder contarlo a otros, otros que, de seguir así, solo podrán conocerla viendo fotografías de un pasado glorioso, cuando Venecia quede definitivamente hundida en la laguna, si alguien no pone antes remedio.
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