Día Mundial del Agua

La Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993 declaró que el 22 de marzo de cada año, se celebre el Día Mundial del Agua.

Desde tiempos remotos el agua ha sido motivo de conflicto entre los seres humanos. El agua es un componente esencial de nuestro organismo, y por ello, indispensable para la vida. En España el problema del agua ha estado siempre de actualidad. En nuestra península hay mucha agua, pero está mal repartida. Ya los regeneracionistas quisieron dar soluciones a esta desigualdad. Durante la II República se diseñaron planes para efectuar obras públicas tendentes a almacenar y distribuir el agua, que quedaron truncados por la guerra civil. El franquismo retomó muchos de esos planes, fomentando la construcción de pantanos por toda la geografía española. A Franco se le llegó a reprochar el interés desmedido por inaugurar estas obras hidráulicas. Pero el problema sigue ahí, sigue faltando agua en determinadas zonas del país.

Durante los gobiernos de Felipe González se intentó dar solución. Se aprobó la Ley de Aguas, garantizando el carácter público de este bien. Se preveía la aprobación de un Plan Hidrológico Nacional que previese las obras necesarias para garantizar el suministro. Pero el PP incició un conjunto de "guerritas" entre territorios, para debilitar al gobierno socialista, dividiendo a las poblaciones y los partidos. Defendieron la necesidad de trasvases (previstos en el borrador del Plan, siendo ministro José Borrel) en unos territorios, y encabezaron las protestas contra éstos en los territorios "cedentes". El plan no se llegó a aprobar.

Luego el PP, ya en el gobierno, aprobó su plan, privatizando este recurso y con trasvases a las zonas más rentables electoralmente, pero castigando a las que no les dieron su voto mayoritariamente. El PSOE cogió entonces la bandera contra el PHN y repitió la estrategia que había llevado a cabo el PP anteriormente. Se propuso un Plan alternativo, basado en la desalación, en lugar de los trasvases. Y continuó la "guerra del agua".

Hoy nos encontramos con el problema sin resolver, agravado por las reformas de los estatutos de autonomía realizadas en la pasada legislatura, como la de Andalucía, donde se transfirió la gestión de la cuenca del Guadalquivir a la comunidad autónoma, a pesar de discurrir este río por varias comunidades. De la misma manera, Aragón quiere decidir sobre el Ebro, y Castilla-La Mancha quiere también decidir sobre el ya antiguo trasvase Tajo-Segura, poniendo en guerra a Almería, Murcia y Valencia. Seguimos sin dar una solución "global" al problema.

Este año el objetivo específico de la celebración (es un decir) del Día Mundial del Agua es llamar la atención acerca de los recursos hídricos que cruzan fronteras y unen a los habitantes del planeta. Hace años, en 1995, este que escribe, en su condición de portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Palma del Río presentó una MOCION DEL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA SOBRE ADHESION A LAS REIVINDICACIONES DE LA FEDERACION DE COMUNIDADES DE REGANTES DE LA CUENCA DEL GUADALQUIVIR. En esta moción se planteaban unas medidas:

1.- La ejecución de la Esclusa para la Regulación del Río Guadalquivir, y los pantanos Breña II, Los Melonares, Los Arenosos y Ubeda la Vieja.

2.- La puesta en funcionamiento del Plan Hidrológico Nacional.

3.- La ejecución de un PACTO DE ESTADO sobre política de los trasvases entre Comunidades Autónomas.

4.- La ayuda a la modernización de las redes de distribución de riegos de las Comunidades de Regantes.

Fue aprobada, curiosamente, por todos los grupos políticos, incluso el PP. Parecía que en aquellos lejanos tiempos, los representantes políticos locales discurrían con mayor sensatez que los nacionales. La guerra, no obstante, había empezado ya, y hoy sigue abierta la herida. La incoherencia campa a sus anchas por doquier, y siguen sin solución los problemas. Hoy, Día Mundial del Agua, yo sigo suscribiendo lo mismo: lleguemos a un PACTO DE ESTADO, no podemos seguir tratando frívolamente este asunto tan fundamental para nuestro futuro.