sábado, 12 de septiembre de 2009

Marxismos


Mi vida ha girado en torno a Marx, a los Marx, a Don Carlos, el filósofo, sociólogo, economista y político del siglo XIX, que creó la Internacional Obrera, y también de los otros Marx, los cómicos y los hermanos más famosos del cine de Hollywood. Creo que el estudio de la economía es vital para conocer a fondo el devenir social, y que éste ha tenido como motor la lucha de clases. Por eso, como gritaba Groucho Marx: “¡Es la guerra! ¡Traed madera! ¡Más madera!”

Creo que el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción son las que determinan el curso de la historia, la base del desarrollo político, cultural e ideológico. Sin embargo el mayor de los Marx,el del vodevil, opinaba, tras años de esfuerzo productivo que : “Partiendo de la nada alcancé las mas altas cimas de la miseria.” Y así vemos muchos casos, a pesar de haber vivido con las “vacas gordas”.

Pienso que el origen de la riqueza es el trabajo y el origen de la ganancia capitalista es la plusvalía no retribuida a los trabajadores en sus salarios.”¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!”. (Groucho)

La sociedad capitalista se divide en clases sociales. La clase trabajadora o proletariado, «los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción» Y la burguesía, quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. Se pretende que desparezcan las clases, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado y la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores libres», y el producto social se distribuiría según el criterio «de cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual según sus necesidades». Sin embargo hasta hoy esto no ha ocurrido y las diferencias, aunque haya igualdad de oportunidades, siguen existiendo. El diálogo “marxiano” que transcribo lo deja en evidencia:

"Chico: Un coche y un chófer cuestan demasiado. He vendido mi coche. Groucho: ¡Qué tontería! En su lugar, yo hubiera vendido el chófer y me hubiera quedado con el coche. Chico: No puede ser. Necesito el chófer para que me lleve al trabajo por la mañana. Groucho: Pero, ¿cómo va a llevarle si no tiene coche?. Chico: No necesita llevarme. No tengo trabajo." 

Los proletarios aspiran a mejorar su situación económica y social. Y hay diversas maneras de conseguirlo. Don Groucho lo tenía claro: “¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.”

Carlos Marx opinaba que la clase trabajadora debía conquistar el Estado capitalista existente y convertirlo en un Estado revolucionario obrero que implantaría las estructuras democráticas necesarias para luego desparecer. Pero el Estado sigue siendo el instrumento preferido por la izquierda para la redistribución de la riqueza. Con lo que la política sigue siendo un mal necesario, como nos señala don Groucho: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar después los remedios equivocados.”

La política se hace a través de los partidos. Y algunas veces, viendo el panorama actual, dan ganas de pensar lo que Groucho: “Jamás aceptaría pertenecer a un club que me admitiera como socio.”

La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo (Carlos Marx). Y don Groucho apostilló: "Creo en mí antes que en Dios, pero el problema es que me lleva ventaja porque hay un libro que habla de él y "Playboy" aún no quiere editar un desnudo mío..." . Aunque para salir desnudo, comparto otro pensamiento muy elocuente, como el que expresó al ver una proyección en primicia de un film de Victor Mature: “Nunca voy a ver películas donde el pecho del héroe es mayor que el de la heroína.”

El marxismo, el de Don Carlos, degeneró gracias al stalinismo. Y a Stalin y sus secuaces ganas dan de decirles “Nunca olvido una cara. Pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.” 
También sentenció: “Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.” Y un criminal, añado yo.

Marx tenía razón, la vida es pura dialéctica. Y la dialéctica marxiana, versus la dialéctica marxista, es lo que me ha inspirado este escrito, tal vez algo “sesudo”. No se preocupen, el mayor de los hermanos Marx tiene la solución para su comprensión: “Claro que lo entiendo. Incluso un niño de cinco años podría entenderlo. ¡Que me traigan un niño de cinco años!”. A fin de cuentas “Es mejor estar callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.” Y termino: “Estos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros.”

(la imagen no sé de quien es, pero la saqué de google)

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