Venimos soportando desde hace días la cantinela de Halloween (palabra que en inglés significa víspera de todos los santos: all hallow's eve), evento que ocurre hoy. Esta es una fiesta moderna, de disfraces, de personajes de terror, para niños fundamentalmente. Fue importada de Estados Unidos, gracias a su supremacía en los medios de comunicación y en la cultura contemporánea.
Nos quieren convencer de que es una fiesta pagana. Craso error. Se escudan quienes sostienen esto que tiene su origen en el Samhain celta, también llamado Samonios. Sin embargo, el mismo nombre actual nos indica su naturaleza cristiana. La iglesia católica trasladó la festividad de los santos mártires a estas fechas del otoño porque los pueblos europeos veneraban a los difuntos al prepararse para el invierno (inicio del año, tras las labores agrícolas). Y como el recuerdo de las costumbres antiguas era tan fuerte, prefirieron asimilarla, modificada, uniendo así santidad con antepasados. De ahí que los miedos a los espíritus de los muertos se identificaran con los miedos a brujas (antiguas sacerdotisas) y fantasmas, identificados ahora a personajes del cine de terror y del mundo “gore”, gracias a la secularización de nuestra sociedad. El paso para convertirse en un reclamo comercial más era ya muy pequeño. Y lo estamos viviendo, más bien sufriendo, en la actualidad.
Recuerdo cuando mi madre se preparaba para estas fechas que la tradición cristiana divide en dos, la de todos los santos, el uno de noviembre, y la de los difuntos, el dos. Colocaba una estampa de la Virgen del Carmen en un lugar especial y la iluminaba con luminarias de aceite: una mecha sujeta a un cartoncillo que le hacía flotar en un recipiente lleno de aceite, que era el combustible del fuego votivo. Al igual que los antiguos encendían hogueras para espantar a los espíritus malvados que deambulaban la noche de los difuntos. Algo tendrá que ver esto también con la costumbre de colocar lamparillas en los cementerios en estos días. Cosas del pasado, que ahora van pasando. Pero no recuperación de un pasado anterior.
Pero la fiesta es la fiesta. Y esta es un motivo más para divertirse en una sociedad de consumo dispuesta a hacer negocio con todo: alquiler y compra de disfraces, fiestas en discotecas y otros establecimientos, reposición de películas de terror y de “humor-terror”...Pues el que quiera vivir otro carnaval, que lo disfrute. Aunque, como en muchos aspectos más de nuestra vida moderna, la ignorancia se termine imponiendo. Yo, por si las moscas (o los moscones), enciendo mi hoguera personal.
Esta invasión va asentándose cada vez más. Este año he visto un montón de niños disfrazados como si hubiesen salido de una tira de Charlie Brown, sólo les faltaba ir pidiendo caramelos por las casas.
ResponderEliminarYa no tiene vuelta atrás, es como el maldito Santa Claus que cada año cuelga de tantos balcones en su versión "made in China".
Yo ayer celebré la castañada, con una cena de amigos, castañas asadas y, por supuesto, los panellets. En mi casa, la calabaza con cara de susto no entra.
Un beso,
Estimado Schevi.Veo que sigues sin opinar nada acerca del problema de la naranja en Palma con la semanita tan movida que llevamos que parecía una vuelta al tiempo de los "grises" de los 70,cuando "Vientos del pueblo" no llevaba ub lacoste en las pancartas ¿es un asunto banal? ¿no tienes opinión sobre ello? ¿O es que no interesa? .O es que no te dejan. Un saludo muy cordial, sólo pido que te mojes en este asunto como lo han hecho en cuervoamarillo. Sé que es una pagína personal pero hombre entre hablar de Halloween y de lo que realmente está en la opinión pública de nuestro pueblo, casi no te queda elección.
ResponderEliminarmi ID es fueradelugar, pero no me dejaba publicar. Por eso sale anónimo.
ResponderEliminarAyer tuvimos visita de niños con el "truco o trato" de marras, Euphorbia. Como esto es otra fiesta más nos lo cuelan por todos lados. Una pena, porque, como digo en el post, se extienden estas costumbres foráneas basadas en la ignorancia, cuando tenemos tradiciones que enlazan con su origen aunque no nos parezcan tan divertidas.
ResponderEliminarEstimado fueradelugar, tengo mi opinión sobre el problema, pero como digo en el blog internet me permite opinar en libertad. Así que nadie me va a obligar a escribir sobre ningún tema.