Hoy es 28 de febrero, el Día de Andalucía. Hoy se cumplen 30 años de aquel día en el que los andaluces nos rebelamos contra la decisión del Gobierno de UCD, de dejar a Andalucía una vez más en los furgones de cola del tren que llevaba adelante el proceso autonómico que diseñaba la Constitución.
Recordemos. Las llamadas comunidades, o nacionalidades históricas, tenían un proceso especial para acceder a la autonomía. Andalucía quiso sumarse a ese proceso, pero el gobierno de UCD, decidió que fuésemos por el camino de las regiones que no habían iniciado o conseguido su régimen autonómico durante la Segunda República. Un camino más lento para conseguir el mismo nivel de auto-gobierno, pues se asumían menos competencias que las que consiguieron en un primer momento Cataluña, País Vasco y Galicia.
Cuando ya se había iniciado los trámites, con acuerdos de pleno de ayuntamientos y diputaciones, la UCD (santa UCD, como nos la presentan últimamente sus “hagiógrafos”, que Dios tenga en su gloria) decidió que Andalucía debía empezar de nuevo el camino, por la vía del artículo 143 de la Constitución, en lugar del 151, que era el escogido por nuestros representantes, incluidos los miembros del partido del gobierno en nuestra región. Esa decisión hizo que hubiese dimisiones tan sonadas como la del entonces ministro Manuel Clavero Arévalo, aunque los miembros del sector democristiano, hegemónico entonces dentro del partido del gobierno, se sumaron a la nueva postura, contra el criterio de la mayoría de los andaluces. Pero la fuerza de la mayoría impulsó el proceso que culminó con el referéndum, donde los andaluces ratificaron con su voto su voluntad de tener autonomía política, no simple descentralización administrativa, como quería la derecha, por la vía rápida, como las nacionalidades históricas. Falló Almería en el referéndum, ya que era necesario conseguir mayoría absoluta a favor en todas las provincias. Pero el proceso se desbloqueó ante la rotundidad del pronunciamiento ciudadano. Como anécdotas, reseñar que los democristianos dirigentes de UCD propugnaron la abstención en el referéndum que tuvo lugar el 28 de febrero de 1980 (Javier Arenas, dirigente ahora del PP era parte de ese sector, contrario a la autonomía por la vía rápida), con el lema “andaluz, este no es tu referéndum” y boicoteando el voto con una pregunta larguísima y enrevesada que impulsaba a no votar. La campaña por el sí fue abrumadora, para contrarrestar. Otra “anécdota” fue el oportunismo hipócrita demostrado por los andalucistas, que quisieron pactar con la UCD una salida “intermedia”, a cambio de privilegios en el congreso de los diputados (entonces tenían representación allí), traicionando la voluntad popular manifestada en las votaciones. A ambos partidos, UCD y PSA (ahora PA) les costó caro la afrenta a los andaluces. La derecha no ha gobernado Andalucía desde entonces, castigándonos cuando Aznar fue presidente del Gobierno español, con Arenas en su gabinete, que no hizo nada en beneficio de los andaluces, aunque ahora se erija en valedor del andalucismo.
Para mí, esta fecha supone otro aniversario importante. Fue la primera vez que pude votar. El año anterior cumplí 18 años, pero las elecciones municipales fueron en abril y yo no era todavía mayor de edad. Fue, por tanto, mi estreno como ciudadano de pleno derecho. 30 años como votante en ejercicio. Por eso hoy, también, es un día importante.
Muchas felicidades a todos los andaluces y muy especial a ti, Francisco Javier.
ResponderEliminarHoy yo también me he levantado andaluz; siempre lo fui un poquito. Andaluz de esa Gran Andalucía que nos entra por el sur de Castilla-La Mancha, la inunda toda ella y llega hasta el mismito corazón de Madrid, en la Cava Baja, en Carabanchel y en el andalucísimo distrito de Vallecas.
Salú.
Todavía resuena en mis oídos el eco de aquellas machaconas cuñas publicitarias de radio y de televisión que grabó el incalificable y pintoresco personaje Lauren Postigo en aquella campaña del referendum andaluz del 1980: Andalú, ehte no éh tu referendum
ResponderEliminarDe justicia sería que recordemos aquí a Rafael Escuredo, último presidente de la pre-autonomía andaluza, que con su huelga de hambre empujó a que la lluvia regara los campos de la secular tierra olvidada.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jesús, ya estamos de vuelta en casa de los actos de celebración...y también algo de relax, que tras tanto día de emergencias y visitas, y demás actividades, nos merecemos algo de asueto.
ResponderEliminarGracias por recordarnos la voz de aquella campaña por la abstención que menciono en la entrada. Menudos "pájaros". Y todavía se preguntan por qué no gana la derecha aquí unas elecciones. Que poca memoria, o mejor, vergüenza, que seguro que ocultan sus recuerdos para poder engañar ahora a los jóvenes que no vivieron aquellos acontecimientos.
También es muy oportuno el recuerdo de Rafael Escuredo, quien supo encarnar el anhelo de justicia, libertad e igualdad del pueblo andaluz. Tampoco es baladí el caso que comentas para forzar el proceso autonómico por la vía elegida por los andaluces. El triunfo por mayoría absoluta que obtuvo en las primeras elecciones autonómicas, fue el preludio de la victoria de Felipe González en 1982. Gracias por tu aportación.
Un saludo, compañero.
Un día para sentirse orgulloso de ser andaluz y no olvidar. Es que estos del PP dentro de 20 años los veo a favor del matrimonio gay jejeje.
ResponderEliminarEso deseo que tarden en gobernar los del PP: veinte años, por lo menos. Jajajajajaja. No sé cómo se las apañarán el día que estén en el gobierno, sea antes o después, para anular los matrimonios entre personas del mismo sexo. No podrán cumplir con la extrema derecha que les apoya, ni con el Vaticano. ¿Aceptarían éstos un divorcio masivo por decreto, para estos matrimonios?. Que contradicción ¿no?. El PP terminará aceptando la existencia del matrimonio gay, como pasó con el divorcio y el aborto.
ResponderEliminarPor cierto. Sí, el 28F es un día para sentirse orgulloso: David (Andalucía) venció a Goliat (UCD) ese día.
Un saludo.