Vuelta del viaje de las vacaciones y tenemos otra vez el aire acondicionado estropeado. Y encima no sé donde narices meter el recuerdo del país que visitamos, el maldito souvenir que se empeñó Maruja que nos llevásemos, "porque al niño le haría ilusión tener una mascota tan mona." ¿Y ahora donde me baño yo?
"¡Pepe, acaba ya que tengo que entrar en el cuarto de baño a maquillarmeeee!".
¡Ya voy!.... Y tú, deja de mirarme con los bigotes caídos, con esa carita de pena. Que yo también tengo calor. Cuando te busque una jaula te dejo el bloque de hielo para ti sola, ¡foca, que eres una foca!.
"¡Pepeeee!"
¡Que ya salgo!. No, si terminaré arrepintiéndome de haber ido al crucero por los fiordos de Noruega.
jejejej, al decir foca pensaba que ibas a ahcer una alusión a tu mujer "por aquello de la nitidez del sonido a través de las puertas."
ResponderEliminarUn saludo, y que sepas que eres mi contrincante, auuque yo no tenga rival pero bueno... lo podemos llamar así si quieres.
Un saludo monet, pero te advierto: no soy contrincante de nadie. Ya lo dice el Génesis: soy el que soy. Y otra advertencia: mi mujer no es una foca, que conste, que está muy buena. jajajaja. Pero, ¿a que divierte el doble sentido?, jajaja.
ResponderEliminar¡Carajo! Me había asutado. Es lo que tienen los relatos te introducen en una vía que no es tal.
ResponderEliminarsaludos,
Saludos, Miguel. Los relatos así son para divertirse, jajajaja.
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