jueves, 9 de diciembre de 2010

La bacteria extraterrestre

Hace unos días la NASA enunció que haría público “un descubrimiento astrobiológico que impactará en la búsqueda de evidencias de vida extraterrestre”. Todo el mundo entendió que iban a mostrar pruebas de la vida fuera de nuestro planeta. ¡Por fin!. Tantos años de noticias de visitas de OVNIs, de abducciones, tantas películas, novelas, historias, programas de radio y televisión sobre el tema, y es ahora la agencia espacial de los Estados Unidos la que nos mete de lleno en el mundo paranormal.

Saltó la sorpresa, y la sorpresa se esfumó, el 2 de diciembre, cuando nos desvelaron el misterio. Una investigadora del Instituto de Astrobiología de la NASA, Felisa Wolfe-Simons, había encontrado una bacteria que se alimenta de arsénico, una sustancia venenosa para los seres vivos, como los entendemos hasta ahora. “Se trata de la primera forma de vida capaz de vivir e incorporar en sus moléculas vitales, tales como proteínas o ADN, el arsénico en lugar del fósforo”, nos informaron. Y por eso creen que puede ser el fundamento de la vida en otras zonas del universo, porque aquí en la Tierra, esto no es lo normal. ¿Habrán llamado a los agentes Scully y Mulder para desentrañar este Expediente X?

Nosotros creyendo que los alienígenas eran como los antiguos marcianos de los comics o las películas de los años 50 y 60: enanos verdes, con orejas y nariz de trompeta. O que eran larguiruchos, flacos y grisáceos con orejas picudas como hobbits. O enanos grises con gran cabeza y ojos grandes e inexpresivos, como los de la cinta de la autopsia de Roswell. Pues no, los extraterrestres, según la NASA, son como aquellas bacterias que precisamente acabaron con los marcianos invasores de otra película de culto en el género de ciencia ficción, basada en una novela de H. G. Wells: La guerra de los mundos. En aquella historia los marcianos atacan la Tierra con sus naves y unos extraños aparatos que secuestran a los terrícolas por medio de unos tentáculos mecánicos, para sacarles la sangre con la que alimentar una planta roja que coloniza el planeta. No hay ejército humano capaz de detener la invasión, pero la invisible y microscópica acción de las bacterias, contra las que no son inmunes los alienígenas invasores, termina derrotándolos.

¿Cuanto tiempo llevan entre nosotros las bacterias comedoras de arsénico?. ¿Vinieron del espacio?. En otros tiempos la NASA y otros organismos han hablado del origen extraterrestre de la vida. Se ha dicho que se originó fuera de nuestro planeta, siendo “instalada” por medio del impacto de meteoritos o cometas, como afirmaron los científicos italianos Bruno Argenio y Giuseppe Geraci, en 2001. Hemos visto relatos de bacterias que viven en la estratosfera, como las Janibacter hoylei, Bacillus isronensis y Bacillus aryabhata, que pueblan zonas de nuestra atmósfera próximas al espacio exterior. También se han encontrado bacterias en los hielos de Groenlandia capaces de sobrevivir a las temperaturas extremas, similares a las de otros planetas considerados no aptos para la vida. Y ahora se nos habla de la bacteria que toma una sustancia venenosa, como es el arsénico, en lugar del fósforo, como algo extraño. Pero, ¿en verdad es eso algo tan raro como para considerarlo de fuera de nuestro planeta?. ¿Alguien se ha dado cuenta que lo que hace este microorganismo es algo parecido a lo que hacen muchos seres humanos: drogarse?.

Desde hace miles de años los humanos acudimos a sustancias tóxicas para alcanzar estados de conciencia alterados o un bienestar de forma artificial. Esas sustancias son venenos para nuestro organismo, cuya ingesta en dosis adecuadas no causa nuestra muerte. Vamos, que lo que hace esta bacteria es como drogarse. Que no es un bicho extraterrestre, sino una bacteria toxicómana, podríamos decir.

¡Que lástima que el entrañable ET ya no pueda ser el icono del buen extraterrestre!. En lugar de sus famosas palabras pronunciadas con entonación temblorosa (“teléééfono, ¡miiiii caaasssaaa!”) otras podrían salir de la boca (o lo que sea) de estos nuevos “invasores del espacio”. Algo así como un “Dame argooo, colega, que es mejor de pedir, que de robaaarrr”, si nos encontrásemos a estas bacterias toxicómanas al doblar una esquina. Pero, como no hablan, nadie hasta ahora se ha visto “atracado” por el dichoso microorganismo. ¿Y después de miles de años de convivencia no han dado ningún problema estos comedores de veneno?. ¿Es que llegaron hace poco desde el espacio?. ¿De verdad creen que otras formas de vida serán de esta naturaleza?

Decía al principio que se desvaneció el misterio, que la sorpresa se esfumó, ya que no ha tenido la repercusión que creían iba a tener. ¿No nos hemos creído rodeados de invisibles extraterrestres?. Nadie ha salido sobresaltado. La noticia incluso ha quedado relegada a una curiosidad más de estos días. Además, si la leemos en clave positiva, en lugar de crearnos problemas, como hacen los drogadictos en nuestras sociedades, yo propongo que podríamos usar estos bichitos para limpiar nuestro medio ambiente de los residuos tóxicos que vamos dejando en él por medio de la contaminación industrial. Seguro que entonces alguien repara en su existencia. Eso, si se confirman los estudios que han revelado su presencia entre los terrícolas.

Lo comento con cierto sentido del humor (aunque el problema de las drogas sea algo muy serio), a pesar del tono serio de mis palabras. Porque no me termino de creer el descubrimiento. A muchos les ha llamado a la atención que se haga público, con esa nota de prensa, que presagiaba una gran noticia sobre la vida fuera de nuestro planeta. La NASA ya ha adelantado supuestos avances científicos que han resultado ser un fiasco, cuando han tenido problemas, para llamar la atención u ocultar errores graves. El que esto saliese mediando el escándalo de las revelaciones de Wikileaks hace sospechar de que se trata de una cortina de humo, para quitar interés a los manejos de gobiernos de todo tipo puestos al descubierto por esta web. Yo también sospecho que esto es un cuento de marcianos, y nunca mejor dicho.

6 comentarios:

  1. Existen otros mundos pero están en este.
    ¿Qué, que no?
    ¡Ah, pues por eso!

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  2. Es imposible no verlos. Aunque abundan en una cadena de propietario italiano, ninguna televisión se libra de estos aliens.

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  3. Como astrónomo aficionado te digo que así será la vida que podamos encontrar. No espero más.
    ¿Recuerdas 'La amenaza de Andrómeda'?

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  4. Puede ser que sea así, Alfonso. Pero yo no descartaría otro tipo de vida extraterrestre.

    Ahora bien, respecto a la bacteria de la noticia, dudo que sea extraterrestre. Es lo que digo en en post, que me parece muy terrícola. Además hay quienes han puesto en duda la calidad científica de la investigación.

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