El Yeti, como se conoce al abominable hombre de las nieves, es uno de esos supuestos animales, entre mitológico y legendario, ubicado en la cordillera del Himalaya, que de vez en cuando nos visita en los medios, y que tiene su ámbito de estudio en la criptozoología. Nadie lo ha visto, o mejor, nadie ha podido probar su existencia. Pero mucho se habla de él o de sus "parientes" más o menos parecidos, como el Big Foot, que vive en Norteamérica.
He encontrado este documento curioso que trata sobre las condiciones que deben cumplir quienes quieran buscar el famoso hombre de las nieves. No ha hecho falta que lo descubra WikiLeaks. Es una carta que mandó la embajada americana en Kathmandu, al Departamento de Estado, en Washington, en 1959. Dice que hay, en estos momentos, tres condiciones que solo son aplicables a las expediciones a Nepal que tengan por objeto buscar al Yeti. Estos tres requisitos, además de los que deben cumplir los montañeros y científicos, son:
1. Pagar al Gobierno de Su Majestad en Nepal la cantidad de 5000, en moneda india, para llevar a cabo la expedición en busca del Yeti.
2. En caso de que se encuentre el rastro del Yeti podrá ser fotografiado o capturado vivo, pero no puede disparársele o matarse, salvo caso de emergencia o como defensa propia. Todas las fotografías que se tomen del animal, vivo o muerto, serán entregadas al Gobierno de Nepal inmediatamente.
3. Las noticias e informes sobre la existencia actual de esta criatura deben ser enviados al Gobierno de Nepal, tan pronto como sea posible, y no deben hacerse públicos sin su consentimiento.
Está claro que, en aquellos tiempos, nadie ponía en duda la existencia de la criatura. Y el celo localista por controlar la búsqueda y difusión de sus noticias contribuía a mantener las arcas de la monarquía y el gobierno nepalí. Una buena industria basada en la curiosidad humana. ¿Recaudarían muchos royalties?. A lo mejor ponemos las mismas condiciones a quienes estén dispuestos a buscar a la Dama Blanca de Santa Clara. Su contribución ayudaría a la conservación del histórico edificio. Y lo mismo organizamos algún día una exposición con las fotografías que le hagan quienes afirman haber visto a la famosa fantasma.
Parece casi imposible que en pleno siglo XXI quede una especie de primate tan grande sin descubrir, pero después de unos cuantos programas de Iker, el de cuarto milenio no el novio de Sara Carbonero, han logrado sembrar la duda en mi.
ResponderEliminarUn saludo.
Pues yo sigo dudando que exista, sobre todo porque los primates viven en zonas cálidas. Y es raro que no se hubiese visto ya uno, de vivir allí. No obstante, siempre hay que dejar una ventana abierta....
ResponderEliminarSaludos.