martes, 5 de abril de 2011

Envidias esculturales

¡Qué  mala es la envidia! Y si ésta, además, está provocada por la belleza, es capaz de las artimañas más belicosas. Es lo que ha pasado en un municipio francés, Neuville-en-Ferrain, donde el alcalde ha tenido que retirar un busto de la popular Marianne, la encarnación personificada de la República, instalado en en ayuntamiento, para no desatar un motín entre las féminas de la población,

Nos cuentan que en el ayuntamiento de esta villa del norte francés ha tenido que comprar otra escultura, porque los comentarios estaban subiendo de tono. Sobre todo gracias a que más de una novia, cuando se ha hecho sus fotos de boda, se ha comparado con el busto republicano. El caso es que la artista que lo hizo (ahora muy enfadada) le dotó de unos pechos más voluminosos de lo que están acostumbrados a ver los franceses en esta alegoría. Algo a lo que debían estar habituados, pues la escultura adorna la casa consistorial desde hace dos años, y las imágenes de esta señora, a pesar de ser la encarnación de la República, siempre han sido de lo más rijosas. Recordemos el cuadro famoso de Delacroix, La libertad guiando al pueblo, con la abanderada mostrando sus generosas mamas al espectador, envalentonado por la imagen épica. ¿O, tal vez , por la imagen erótica?  La comparación era odiosa, como todas. Y el pique que se producía al ver la imagen que daba la escultura, con los torsos de bastante de las novias recién casadas era mayúsculo.  No todas las mujeres son iguales.


No sé francés, por lo que no puedo entender los comentarios que hay en el vídeo donde se relata la noticia. Pero, a tenor de las caras sonrientes, sobre todo de los varones, no creo que causase demasiada molestia la exuberancia del pecho escultural republicano. Es más, creo que el busto que han colocado en su lugar, basado supuestamente en la imagen de la modelo Laetitia Casta, no hace justicia a la belleza y atributos de la famosa. 


Pero, claro, si la escultura fuese realista, el enfado de las galas hubiese ido en aumento. Y se hubiese provocado otra revolución. Juzguen, si no, ustedes.  Así que: una buena retirada a tiempo, es una victoria. Y eso que allí no son las próximas elecciones municipales, que son aquí en España. Seguro que más de un alcalde está sondeando a sus ciudadanas y ciudadanos sobre los "adornos" de su ciudad. Cuando las barbas de tu vecino veas recortar...

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