martes, 3 de mayo de 2011

Acúfenos


Ya he relatado más de una vez mis problemas con el pie. Desde que me colocaron unas plantillas para el pie valgo la mejoría ha sido considerable. En estos días me tocaba ir a revisión al podólogo, según me había recomendado. Llevaba varios días con el número de teléfono en la agenda para pedir cita, pero mis muchas tareas y obligaciones me lo impidieron. El miércoles pasado fui a cortarme el pelo y, al volver, un dolor agudo, como al principio de mi mal, tras el ejercicio físico, casi me impide volver andando a casa. Pedí cita inmediatamente que llegué al piso. Hoy he estado en la consulta y no me ha visto nada anormal. Es cierto que el dolor agudo, que me hacía cojear ostensiblemente, pasó en un par de días. No obstante yo le relaté lo ocurrido y tengo por delante varias sesiones de ultrasonidos, para acelerar la recuperación. 

Este no fue el único problema de salud que me atenazó entonces. Por eso, además del trabajo, no he acudido a actualizar el blog diariamente, como es costumbre. El jueves, en plena crisis motora, se me reprodujo además mi problema de acúfenos. No he hablado de ello con detenimiento, porque en los últimos años me encontraba bien y no los había vuelto a padecer desde que empecé el blog. Pero, como se dice coloquialmente, "si éramos pocos, parió la abuela". Volvieron los ruidos a mis oídos ese jueves de la semana pasada. Acúfeno “es la percepción de un sonido en los oídos o en la cabeza sin que exista una fuente externa que lo produzca. Puede percibirse de múltiples formas: como un zumbido, pitido, ruido de grillos, etc. Puede ser continuo o pulsátil, permanente o presentarse de forma ocasional”. Si queréis saber  con precisión lo que son los acúfenos, pinchad en el enlace anterior. 

Este problema empezó en 1997, en julio. Empecé a tener una molestia en el oído izquierdo, acompañada de una leve presión interna, que me hizo pensar que tendría algún tapón de cerumen. Me limpiaron los oídos, pero el problema continuó. Así que fui a la consulta de mi médico de cabecera. Me auscultó el oído interno, pero no vio nada, así que me derivó al especialista, tras recetarme el primer tratamiento. 

Fui al otorrinolaringólogo en Córdoba. También me hizo el preceptivo reconocimiento, incluyendo la exploración del oído interno y hasta pruebas de equilibrio y reflejos (si, los "martillazos" en la rodilla que vemos en la tele) y tras cambiarme el tratamiento, me derivó a que me hicieran una TAC. Con los resultados, volví al otorrino, con la esperanza de que me encontraran algo, el origen de ese molestísimo zumbido, que no me dejaba vivir. Y que me agrió el carácter durante meses. 


Me tocó en suerte otro doctor, distinto al que me atendió primero. Estaba la consulta repleta de personas: el especialista, una ayudante o enfermera, y un grupo de alumnos del doctor, como deduje después. Le di el volante de asistencia, con mi historial, y las placas de la TAC. Se fue con sus pupilos a verlas a esas pantallas que se iluminan para ver mejor. Y tras una exhaustiva descripción de mi aparato auditivo (por eso deduje que eran alumnos en una clase de anatomía) me despachó con: "Le hemos pedido esto para cerciorarnos de que no había un tumor cerebral. Como no hay, puede irse y vuelva dentro de un año". Yo me quedé pasmado, relegado como estaba, en un rincón de la consulta, y de pie. Ni siquiera me ofreció sentarme, por si tuviera mareos. Una de las explicaciones de esos ruidos en el oído era una consecuencia posible de vértigos, que no me dieron, por cierto, en ningún momento. Pero el señor otorrinolaringólogo ni siquiera preguntó. Yo sí pregunté: "¿No me pone algún tratamiento? ¿Qué es lo que tengo? ¿Tengo que pasar un año con estos ruidos?" Me miró como molesto y solo me contestó: "Entonces vuelva dentro de seis meses". Y me despidió. Yo salí de la consulta, además de enfermo, cabizbajo, deprimido, y me fui enfureciendo con el paso de los minutos. Así que, al llegar a mi casa, volví a pedir cita con mi médico.

María Eugenia, que así se llamaba mi médico, no salía de su asombro, cuando le relaté lo sucedido. Volvió a derivarme al especialista. Esta vez me tocó una tercera persona. Una otorrina, de nombre Miriam, a la que hice de nuevo el relato de mis males y mis deambulares por la plantilla de especialistas del Servicio Andaluz de Salud. Recuerdo que estaba con ella la misma enfermera o auxiliar. Me preguntó quién era el que me atendió pero no pude contestar, pues ni su nombre me reveló. Cuando le expliqué la fecha, la auxiliar dijo "¡Ah sí!, el doctor ......" No recuerdo, para suerte del médico, cual fue su nombre. Y con cara de susto, primero, y resignación, después, volvieron a hacer el ritual del reconocimiento. Esta señora me explicó que los acúfenos podían ser de diversos orígenes, que había varios tratamientos, aunque no hay una cura, por ahora, pero que me podían aliviar los síntomas, probando un tratamiento tras otro. Me hicieron una audiometría, para comprobar si había pérdida de audición (como así salió, por cierto) y me recetó un nuevo tratamiento, pidiéndome que volviera a su consulta, para hacerme el correspondiente seguimiento

Así que me volvía a casa, con algo más de esperanza y con sentimiento de, al menos, habérseme respetado. Cosa que no había ocurrido semanas atrás. Volví tras tomarme el tratamiento (Sermión) y algo había mejorado, aunque no desaparecieron los ruidos. Entonces me cambió el tratamiento: el principio activo era ahora el nimodipino, un vasodilatador, indicado para problemas cerebrales, y la medicina se llamaba Admon (lo recuerdo fácilmente por ser igual que la abreviatura de la administración). Tras dos meses de tratamiento los síntomas se aliviaron considerablemente. Prácticamente desaparecieron. Y eso le dije a la especialista cuando fui a revisión. Me volvieron a hacer la audiometría y la misma señora de siempre me dijo que no tenía ningún problema de sordera. Yo le enseñé la ficha que ella misma me rellenó seis meses antes y comprobó que sí lo había tenido. Entonces le recordé mi caso y me aconsejó que guardara la receta, pues era rarísimo encontrar un tratamiento efectivo. 

Estuve viviendo con normalidad durante unos años, hasta que en el verano de 2005 me volvieron los síntomas. Rápidamente fui a mi médico (ahora mi cuñado Rafael) y éste me recetó la medicina "milagrosa", la efectiva. Después de un corto periodo, los acúfenos desaparecieron, hasta la semana pasada. Así que de nuevo me estoy tratando con nimodipino. Espero que en pocas semanas vuelva mi oído a la normalidad

Algunos amigos, que han tenido parientes con el mismo problema, al ver que yo había mejorado, me han preguntado por esa señora que dio con la "tecla" adecuada, para "conseguir el sonido armonioso". No sé cómo les ha ido, pues no hay una solución única a un problema muy generalizado, y con diferentes causas. Yo ya no me asusto, pues sé que, aunque no tengo cura, el tratamiento me hace efecto, garantizándome unos años de bienestar o con el problema, al menos, soportable. Espero que dentro de unos días la inspiración para escribir en este humilde blog no se vea acompañada de estos molestísimos ruidos que ahora me están fastidiando. En fin, que el o la que los tenga, no pierda la esperanza.

9 comentarios:

  1. Vaya, SCHEVI, espero que te mejores de tus dolencias (pie y oído). La verdad es que, en ocasiones, menospreciamos los problemas de salud como si de una tontería se trataran, pero la verdad es que la más irrisoria incidencia puede fastidiarnos la existencia. Nada hay más importante que estar saludable, desde luego. Espero que no tardes en sentirte bien y que, en todo caso, positives (peor hubiera sido un tumor cerebal). Sé que normalmente este tipo de razonamientos no consuelan, no obstante, tú debes esforzarte porque sí te consuelen, el espíritu optimista ayuda a afrontar las adversidades.
    Estoy segura de que para la feria estarás perfectamente, podremos incluso bailar alguna sevillanita y tomar rebujitos en "Los cabales" ¿ok? Ánimo.

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  2. Muchas gracias, Mari Carmen. Soy optimista, porque el tratamiento de los acúfenos me ha funcionado. Respecto al pie, estoy en rehabilitación y he mejorado mucho. Así que no me preocupa. Confío en que para la feria el oido no me moleste ya, porque el ruido no me viene bien precisamente. Pero no me queda otro remedio que tener paciencia. Alguna copita caerá en Los Cabales, seguro.
    Besos.

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  3. Espero que te mejores pronto.
    Jamás había oído eso de los acúfenos. Realmente tiene pinta de ser muy molesto eso de oír ruidos todo el día.
    En cuanto a los médicos, siempre he pensado que deberían tener en la universidad una asignatura para aprender a tratar bien a los pacientes, algunos tienen menos empatía que una almeja. Suerte que también los hay que son más persona.
    Un beso y paciencia

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  4. Sí, Euphorbia, te puedo asegurar que es muy molesto. Según dicen es un síntoma que siente mucha gente de una u otra forma. Gracias por tus deseos de mejoría. Y respecto a los médicos opino igual que tú, que hay de todo tipo. Aquí he puesto ejemplo de ello. La mayoría de los sanitarios que conozco son magníficas personas, enamoradas de su trabajo, vocacionales, serviciales, pero también hay pedantes, creídos, zopencos con carrera y oposición. En fin, como en botica.

    Besos.

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  5. HOLA SCHEVI, Y? COMO TE FUE CON NIMODIPINO? SE TE FUERON LOS ZUMBIDOS?

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  6. Casi totalmente se me fueron. Hay momentos en que me vienen, pero solo durante unos segundos. Del todo no se me han quitado. Pero, en general, puedo decir que no los siento, y hago una vida normal.

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  7. Hola schevi estuve buscando por todos lados como un producro para probleblas d aneurisnas puede curar un problema en tu oido al igual q a ti tambien me resetaron el mismo medicamento porque siento un eco en mi oido interno estoy a la espera haber q sucede

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  8. Hola schevi durante dias estuve investigando como un producto utilizado para lesiones cerebrales podria ayudar a mi problema de eco en mi oido al igual q a ti me recetaron nimodipino crei q eran gotas o algo asi pero no son pastillas hace poco empece el tratamiento espero tener resultados al igual que tu

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  9. Hola, Andrés. Espero que te mejores con el nimodipino. A mí me vino bien. No me curó, pero me ha dejado el problema controlado. Siento algunas veces el ruido, pero me desaparece en poco tiempo.

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