Llevo una semana de lo más ajetreada, preparando mi salida del ayuntamiento. Son 28 años de intenso trabajo y muchos documentos que guardar. Un tipo de ellos son los documentos gráficos. Como las fotografías de grupo que se hacen los nuevos concejales, nada más tomar posesión de sus cargos. Estas son las que a mí me han recogido.
Corporación de 1983. MI primer mandato. Soy un jovencito, aún con pelo y bigote, en la primera fila, en cuclillas, el segundo por la izquierda y con cara de miedo al verme con semejante responsabilidad por delante. El alcalde, con mayoría absoluta (por eso salí, aunque iba de relleno) fue Manuel López Maraver.
Corporación de 1987. No nos hicimos foto de grupo, no estaba el horno para bollos. Pero sí nos hicimos otra al cumplirse los 10 primeros años de ayuntamientos democráticos, junto a miembros de anteriores corporaciones. Estoy en segunda fila, sin barba ni bigote, con gafas, casi en medio de la foto.
Corporación de 1991. Casi no se me ve. Estoy en la última fila, el tercero por la izquierda. Sin barba ni bigote y ya con menos pelo. Cambiamos de alcalde. Siendo elegido Salvador Blanco.
Corporación de 1995. Volvimos a tener mayoría, repitiendo de alcalde Salvador. Soy el que que está a su lado, a la derecha, con poblada barba oscura, en camisa.
Corporación de 1999. Aumentamos nuestra mayoría, repitiendo Salvador de alcalde. Abundan los trajes de chaqueta. Estoy a la derecha, con traje y corbata, y bigote...y menos pelo, claro.
Corporación de 2003. La mayoría se acrecienta hasta 13 concejales de 17, con casi un 69% de votos. Las canas se van notando en algunos, también en mí, en la barba.
Corporación de 2007. Algunos cambios. Al superar los 20 mil habitantes, sube el número de concejales de 17 a 21. Seguimos con mayoría, pero con 12 concejales. Cambiamos de alcalde: José Antonio Ruiz Almenara.
Mañana tomará posesión una nueva corporación. Ya no tenemos mayoría. Mañana sabremos quién será el alcalde para los próximos años. Asistiré como invitado a la constitución del nuevo pleno del ayuntamiento, pero en la foto de grupo yo ya no estaré.
Buena colección de fotos, se ve a todas las personas que han estado en la corporación municipal y sobre todo como han pasado los años y la moda. Es un buen recuerdo el que te llevas, pero lo más importante, las experiencias con tantas personas a lo largo de tantos años, date cuenta todo lo que ha sucedido en tres décadas, las vivencias, los cabreos y los buenos ratos por qué no. Eso se que llevas en tu cuerpo, para mi has sido siempre una pieza fundamental en la gestión del Ayuntamiento de Palma, siempre es necesario que haya personas de tu talante. Desde aquí te brindo mi gratitud por tu dedicación. Un abrazo amigo y espero que sigas dedicando tu experiencia y tu talante a la política, ojalá hubiera más políticos con tu dedicación.
ResponderEliminarAparte de que te deseo lo mejor, cómo se nota el avance de la mujer en la política de una foto a otra...
ResponderEliminar¡¡¡SALÚ Y SOCIALISMO DEL GÜENO!!!
ResponderEliminarUn abrazo, Rafa. Tus palabras me emocionan y me agradan. Espero no defraudarte, ni a ti ni a otros.
ResponderEliminarGracias, Alfonso. Y tienes razón, estas fotos son historia, con todos sus detalles, incluido el de la escasa presencia de mujeres en la política. Que, afortunadamente, aumenta, claro.
ResponderEliminarAmbas cosas muy necesarias. ¡Salud y socialismo!, Jesús.
ResponderEliminarAy, como vamos cambiando... pero eso es bueno, porque también cambiamos por dentro con todo lo que nos va enriqueciendo por el camino.
ResponderEliminarTengo una muy buena amiga, también socialista que ha dejado el ayuntamiento también esta legislatura, después de muchas en las que ha sido concejal de varias áreas en un importante ayuntamiento de los alrededores de Barcelona, supongo que igual que en su caso, también para ti la nostalgia es inevitable.
Que tengas mucha suerte en tus próximas andaduras.
Con tanto tiempo pasado es difícil no cambiar, Euphorbia. Más bien, imposible, porque, como dices, cambiamos por fuera y por dentro. En la primera foto tenía cara de miedo. No conocía qué hacer y cómo actuar en mi nueva responsabilidad. Todo era nuevo y preocupante. ¿Sabría actuar como era debido? ¿Me equivocaría con consecuencias graves para los ciudadanos? ¿Acertaría? ¿Podría hacer todo lo que me inundaba la cabeza?. En las últimas hay relajo, por la experiencia y los resultados. En la última, la seriedad de un cargo que ya no entusiasma mucho. En fin. Todo tiene principio y final. Gracias por tus buenos deseos.
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