viernes, 24 de junio de 2011

Volar, volar



Desde los albores de la Humanidad un sueño que se ha repetido en muchos congéneres ha sido poder volar como las aves, como los pájaros. A lo largo de la Historia diversos genios e inventores han intentado buscar fórmulas para poder despegar del suelo y emprender un viaje por el aire, para desplazarse de un lugar a otro. Esta imagen nos muestra uno de los rudimentarios instrumentos artificiales que el ser humano ha ideado, para imitar a las aves, buscando similitudes de su morfología en la indumentaria, empleando sus brazos y piernas para impulsar telas y cuerdas con las que auparse y sostenerse en la atmósfera, a semejanza de los animales que sí pueden volar por su propia naturaleza. Supongo que sería intento vano el emprender el vuelo y que la fotografía se la haría antes de experimentar un sonoro y doloroso fracaso.



Al mismo tiempo algunos comprendieron que fabricando máquinas que imitasen la anatomía de las aves haría realidad el anhelo soñado. Algunas con formas ridículas y aparatosas que presagiaban su poca viabilidad. 


Otras que sí consiguieron emprender una exitosa marcha y fueron los antecedentes de los modernos aviones, que han dado satisfacción al deseo de volar. 


Algunos, para imitar a los pájaros, se han tenido que contentar con imitar otros comportamientos que vemos hacer a las aves. Como hacen estos operarios, subidos a los cables del tendido eléctrico o telefónico, o a las catenarias del tren eléctrico. 


O como se posan estos obreros en los cables metálicos o péndolas del puente colgante de Brooklyn, a modo y manera que lo hacen vencejos, gorriones o golondrinas, descansando entre vuelo y vuelo en los cables de los postes que cruzan campos y calles de nuestras ciudades, al amanecer o al atardecer. A fin de cuentas, otra manera de despegar de forma temporal los pies del suelo, de sostenerse en el aire, por encima de nuestras cabezas.

4 comentarios:

  1. Qué fantásticas fotos.
    Me gusta especialmente la del punete de Brooklyn.

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  2. Buscando, buscando se termina encontrando verdaderas joyas de la fotografía. Solo queda después combinarlas y salen cositas interesantes.

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