viernes, 19 de agosto de 2011

75 aniversario de la muerte de Lorca


Hace 75 años un grupo de forajidos, que previamente lo habían sacado de su refugio, asesinaron al poeta, dramaturgo y escritor granadino Federico García Lorca, por "rojo y maricón". La guerra civil española estaba en sus comienzos. Y las represalias se repetían en todas partes, aprovechando el ambiente de violencia desmedida. Todavía no se ha encontrado su cuerpo, enterrado en una fosa común. Sirvan de homenaje dos de sus poemas del libro "Poeta en Nueva York". 

Calles y sueños
La aurora

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre. 
 

Poemas de la soledad
en University Columbia.


Vuelta de paseo

Asesinado por el cielo,
entre las formas que van hacia la sierpe
y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no canta
y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota
y el agua harapienta de los pies secos.

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo
y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mi rostro distinto de cada día.
¡Asesinado por el cielo!


No le encontraremos físicamente, pero su obra no se perderá nunca. 

2 comentarios:

  1. ¡ Que grande Federico ! Siempre matan a los mejores. Bueno, a Lorca no se le puede asesinar. Sigue vivo en sus poemas .....

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  2. Siempre vivo en su obra. Gracias y bienvenido, Pedro.

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