Hace unos días me recomendaron un post del blog Barro de Palma, donde Pepe Lora, mi amigo el ceramista, elogiaba la figura de su padre: el maestro del martillo y la fragua, Francisco Lora. Paco Lora es el hermano de otro Pepe Lora, también herrero, del que hablé hace años en otro post dedicado a la feria, cuando nos lo encontramos ataviado a la clásica usanza, con su clavel en la solapa y su sombrero de ala ancha. El post de Barro de Palma merece ser leído, por su cariño, sensibilidad, y por glosar un oficio casi ya perdido, como es el del herrero. Además nos expone las inquietudes artísticas, expresadas con la sencillez que caracteriza a Paco, de este hombre humilde, pero grande de corazón y sabiduría en su oficio.
Viendo las imágenes que ilustran el artículo recordé que tengo fotografías de las obras artísticas de Paco Lora, algunas de las que reproduce el post, pero en su ubicación actual. Son una titulada el "Hombre huerto", que encabeza esta reseña, y una "guitarra" o su visión esquemática y como en medio esbozo, que adornan el jardín de la casa de su hijo Pepe, "El Cántaro". Arte rotundo y esbelto al mismo tiempo.
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