El ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda y Córdoba

Una costumbre que he tenido durante algunos años era hacerme una fotografía en la fachada del ayuntamiento de la ciudad que tocaba visitar en nuestros viajes. Una de estas ciudades que frecuentamos, porque nos encanta (y he dejado muchas muestras de ello en el blog), es Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. En una visita, donde conocimos otros monumentos importantes, como el palacio de Medina Sidonia o el castillo de Santiago, también entramos en el ayuntamiento. Éste se sitúa, desde los años ochenta, en el antiguo Palacio de Orleans y Borbón. 

El palacio lo construyeron los infantes y duques de Montpensier, Antonio de Orleans y María Luisa Fernanda de Borbón, la última hija de Fernando VII, en el siglo XIX, para que fuese su residencia de verano (vivían en Sevilla, en el Palacio de San Telmo, la actual presidencia de la Junta de Andalucía), debido a su amistad con los duques de Medina Sidonia. Para ello adquirieron varios edificios, algunos conventos, como el de los mercedarios, del que solo dejaron la iglesia, que hoy día es un auditorio. Y todo lo remodelaron como un edificio de varios estilos arquitectónicos historicistas, siendo el neomudéjar el que apreciamos en su exterior. 

Varias partes llaman la atención, como los salones, o los jardines, un placer para los amantes de la botánica, con especies de muchas partes del globo. Mucho se podría escribir de este complejo. Sin embargo me llamó la atención el patio de columnas, ya que éstas son de mármol rojo. Pero no de un mármol de procedencia famosa. Es mármol de Cabra, de Córdoba, como nos indicó la guía que nos enseñó el palacio. Un mármol rojo que se incardina perfectamente con los colores predominantes del edificio. 

El mármol es un piedra metamórfica formada por rocas calizas. Así que es posible apreciar la presencia de componentes orgánicos. Eso vimos en dos columnas, donde restos de fósiles se aprecian claramente en su estructura. 

Son ammonites, presentes en el macizo de la Sierra de Cabra, en la comarca de la Subbética cordobesa. Huellas de un pasado sumergido en el mar de esta zona tan importante como es la depresión del Guadalquivir, que unen una localidad cordobesa con este punto donde el gran río Betis termina fundiéndose con el océano Atlántico. Una agradable sorpresa.