Ayer comentábamos las palabras del arzobispo de Granada calificando de enfermedad social el interés de muchos jóvenes por hacerse funcionario (él calculaba el 80%, sin aclarar de dónde saca los datos, que tal vez sean ciencia infusa, fruto del éxtasis místico). Hoy, uno de los ministros "más progres" del gobierno, el Ministro de Educación, José Ignacio Wert (progre por haber sido contertulio del grupo PRISA; el otro es, ya se sabe, Gallardón), ha dado gusto al prelado granadino, poniendo obstáculos en el camino de los opositores. En este caso, son los aspirantes a un puesto de docente en los centros públicos, los que han sufrido en sus propias carnes el ímpetu "reformista" del gobierno del PP, para así dificultarles aún más la preparación de sus duras y tediosas oposiciones. El buen, y dócil con los postulados educativos eclesiásticos, ministro no ha tenido otra ocurrencia que cambiar los temarios de oposiciones de maestros, y de profesores de escuelas de idiomas, de secundaria y de formación profesional. Así, quienes llevan meses estudiando las materias de los temarios aprobados el año pasado, tendrán que comprarse otros nuevos para poder seguir preparando sus ejercicios. Bueno, no tan nuevos, pues lo que ha hecho el señor ministro es derogar los últimos temarios y declarar en vigor los del año 1993 y 1996. Otro gesto de "modernidad reformista". Otra vuelta atrás más.
Sabemos que son pocas las comunidades que este año tendrán oposiciones en el ámbito docente, Andalucía lo es. Y eso no gusta al PP, y de esta manera torpedean las medidas de reposición de efectivos y ampliación de plantillas en el ámbito de la educación, donde ellos no gobiernan. Una muestra más del interés por acabar con el fracaso escolar y por aumentar la calidad de la enseñanza. Castigando a los opositores. Los sindicatos ya han protestado, ante este abuso y atropello. Tienen toda la razón. Y seguro que los obispos, y los patronos de la escuela privada (a diferencia de las legislaturas anteriores), dejarán pasar, una vez más, la oportunidad de manifestarse contra su "querido gobierno". Así nos va.
En sólo un mes este "menestro" se ha cubierto de gloria. Y no es el único. Pero de momento va ganando.
ResponderEliminarDe tanto hacerle favores a la iglesia, pronto a su departamento lo llamarán el "monasterio de educación" en lugar de ministerio. A menos que nos refiramos al "ministerio sacerdotal".
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