Pepe Griñán fue elegido ayer, en el debate de investidura en el parlamento, Presidente de la Junta de Andalucía, con los votos del PSOE y de la mayor parte de IU. Mañana tomará posesión del cargo y hará pública la composición del nuevo gobierno. Un gobierno donde, por primera vez en la Historia, habrá consejeros de IU. Y un programa común de las dos fuerzas políticas.
El pacto PSOE-IU es un acuerdo, no para repartirse sillones, sino para hacer una política de izquierdas en nuestra comunidad, para salir de la crisis. El PP, aunque ganó las elecciones de marzo pasado, no obtuvo mayoría absoluta y vio así esfumarse la posibilidad de gobernar. Un posible acuerdo entre las dos fuerzas restantes, de izquierda, así lo preveía. La mayoría del pueblo andaluz votó a la izquierda: 1.523.465 votos del PSOE (39,52%) y 437.445 votos de IU (11,34%), frente a los 1.567.207 del PP (40,66%). Era lógico que, si había voluntad para ello, hubiese gobierno de izquierda. Sobre todo tal como está el patio, debido a las políticas de destrucción del estado del bienestar que está aplicando el PP en Madrid. Andalucía se convierte en un contrapeso a la poda neoliberal de recursos y derechos que está aplicando Rajoy. Una nota de color entre tanta marea azul. No era muy difícil ponerse de acuerdo. "Es tiempo de demostrar la capacidad para encarar el futuro con nuevas fórmulas y alternativas éticas y solventes que recuperen la confianza de nuestra sociedad en sí misma, que recuperen la esperanza de superar esta crisis sin dejar en el camino lo mejor de nuestros logros sociales." Así se expresa el acuerdo en su introducción. El reto es apasionante. Y pondrá a prueba la necesaria adaptación a la realidad de las dos formaciones firmantes del acuerdo.
La anécdota de ayer la protagonizó Sánchez Gordillo. Ya avisó de que no le gustaba este pacto. Fue uno de los propagandistas de la postura contraria a pactar con el PSOE, jaleada convenientemente por la extrema derecha, incluída la mediática, sobre todo la digital (internet, TDT, etc), deseosa de que fracasaran las negociaciones para permitir que Arenas gobernara, aunque fuese en minoría. Ayer emitió un voto nulo, alegando que "no se presentaba su candidato". Muchos se preguntaron a quién se refería como "su candidato". ¿Sería Javier Arenas? De un personaje como éste, que va dando lecciones de izquierdismo tercermundista y cuyo único programa es acabar con el PSOE, no me extrañaría. A fin de cuentas, habla mucho, pero se le olvidan a la hora de la verdad algunas cosas, como cuando se le olvidó que cobraba su sueldo de maestro y el de diputado a la vez. También se olvidó este "verdadero izquierdista" del resultado de la votación de las bases de IU, favorable al pacto de gobierno en un mayoría aplastante (un 84,93% a favor), y no lo acató al no votar lo pactado. A él solo le gustan las asambleas donde lleva a sus incondicionales para que salga lo que quiere, aunque se gaste una pasta en autobuses. Menudo demócrata de boquilla. Así que, lecciones de este hombre acepto pocas. Allá él, y veremos cómo termina con cuatro años por delante de legislatura, jugando a "mesías solitario".
Por ahora, un tiempo nuevo empieza a perfilarse en el horizonte. Bienvenido sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario