Rajoy no quiere que se investigue Bankia. Rajoy no quiere que hablen Rato, ni Blesa ni Mafo (Fernández Ordóñez, el cesante responsable del Banco de España) en el Congreso de los Diputados, porque no es oportuno, no interesa (¿a quién?). Rajoy no quiere que se sepa qué recogen los documentos pertenecientes al periodo entre 1936 y 1968, que iban a desclasificarse. Rajoy quiere que todo lo que se hable de la crisis financiera sea a puerta cerrada, no en una comisión de investigación. Eso es lo que entiende por "transparencia" para dar confianza. La ley, cuyo proyecto del mismo nombre aprobaron hace poco, es puro papel mojado.
El lunes presenté mi declaración de la renta: a pagar casi 400 euros, y eso que estoy en paro. Me acordé de todo lo que está pasando. De Bankia, sus gestores, la prima de riesgo (hoy batiendo un nuevo record), de las ayudas que va a dar el gobierno y que no gustan nada al Banco Central Europeo (porque son ayudas públicas a empresas, prohibidas), según hemos sabido después, de las exenciones a las confesiones religiosas (cuando me preguntaron dónde ponía la X correspondiente, confirmé que en "fines sociales", por supuesto). Y me di cuenta de dónde saldrá el dinero para salvar Bankia. Y Mariano mandando no hablar del caso. Me acordé de la omertá, de la ley del silencio de la mafia siciliana. Y pagué mis impuestos. ¿Es para enfadarse o no?
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