Doña Ana Botella, alcaldesa de Madrid, ha tenido una "genial idea" para ahorrar, minimizar costes y ayudar a su presidente Rajoy a reducir el déficit público: no recoger la basura todos los días de la semana. Alega que el servicio es deficitario, pues los madrileños pagan menos de lo que cuesta recoger los residuos. Y que la mayoría de las ciudades europeas no recogen todos los días. "Si no se recoge todos los días se pagará menos. La tasa se tiene que adaptar al servicio", añade en un alarde más de populismo, el de la bajada de los impuestos, o tasas, en este caso. Madrid es una de las ciudades españolas más endeudadas. Y eso que el PSOE no gobierna allí desde el siglo pasado. Su amigo Ruiz Gallardón se convirtió en uno de los despilfarradores más grandes de la geografía hispana, dejando una carga financiera a los madrileños (que les votan con exagerada fruición, por cierto), la mayor de las administraciones locales. ¿Y qué solución nos reserva ante esto la señora de Aznar? La típica de los momentos que corren: el recorte del servicio.
Todavía recuerdo cuando, hace años, en muchos sitios era un logro histórico conseguir que se recogiese la basura todos los días de la semana. Para la alcaldesa no electa de Madrid, el logro ahora es no dedicar dinero a este servicio, disminuyendo la frecuencia de su recogida. Pronto descubrirán que, si además no se trata, si no se recicla, si se amontonan simplemente esas molestas bolsas, el coste es todavía menor. Ya sabíamos del gusto al humo de la señora de Aznar, lo que desconocíamos era que quitara importancia a la evacuación de los residuos de nuestros hogares y centros de trabajo. Tal vez sea porque ella no se dedique a los molestos menesteres domésticos, ni sepa del engorro de tener que bajar las bolsas de basura a los contenedores todos los días (las criadas, preferentemente sudamericanas, se encargan de eso, que ya estarán acostumbradas a hacerlo en sus subdesarrollados países). Estamos en España, país cálido en verano, donde las altas temperaturas hacen que fructifiquen los malos olores, los parásitos, las bacterias y demás molestias generadas por la basura en plena calle. No creo que reducir la limpieza de éstas, dejando de recoger la basura, sea un buen aval para la candidatura olímpica de la capital española. ¿Acaso cree Doña Ana que darán los juegos a Madrid para 2020, esa ciudad que viste una boina de contaminación casi permanente, con el espectáculo de las bolsas de basura en la calle y con los atletas compitiendo a más de 35 grados a la sombra, "perfumando" la basura con su "fresco aroma" la ciudad olímpica?
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