Hoy es la fiesta de Lugnasad, la fiesta del verano que llega a su cenit, su punto medio o de inflexión camino del otoño. En el mundo celta es uno de los cuatro festivales importantes, con la luna llena de protagonista y las hogueras de nuevo poblando campos y pueblos. Dicen que el dios Lugh instauró esta fiesta de la cosecha, donde se celebran muchas bodas (como seguimos celebrando ahora mayoritariamente en verano). En estos tiempos modernos también nuestros pueblos se lanzan a fiestas que antaño se dedicaban a las cosechas y a las ferias de ganado.
La ganadería siempre ha tenido importancia entre nuestros antepasados. Y las ferias de ganado son el origen de muchas ferias de agosto, aunque se les impongan veneraciones posteriores que hacen olvidar su razón y causa. Entre pueblos celtas de la península ibérica el ganado era tan importante que llegaron a levantar monumentos a los animales en muchas zonas. La imagen, en la que aparezco a la derecha, es de Ávila. En ella vemos un Verraco, esculpido en piedra. "Verraco" es la denominación que ha triunfado en el lenguaje popular y culto para llamar a esas esculturas que representan toros, caballos, jabalíes, osos y cerdos (verraco es en realidad el cerdo reproductor, por cierto). Famosos son los Toros de Guisando, situados en El Tiemblo, en la provincia de Ávila. También es famoso el que aparece en El lazarillo de Tormes, en Salamanca, donde el ciego castiga a Lázaro, golpeándole sobre él. Ese verraco de la imagen está cerca de la muralla abulense. Está muy erosionado, así que no sabemos si es toro o cerdo (lo más probable). En nuestra visita el guía nos habló de los ritos y las costumbres relativas a esas esculturas, aunque se extendió más sobre otras anécdotas, sobre todo chismosas, sobre las inclinaciones, afecciones y aficiones personales de reyes y reinas de Castilla, y las consecuencias para la historia de nuestro país. Fue un paseo por la ciudad amurallada de lo más ameno y hasta simpático. El verraco es propio de la cultura de los Vetones, uno de los pueblos celtas anteriores a los romanos, que vivió entre la actual Extremadura, Toledo, y los antiguos reinos de Castilla la Vieja y León (muchos andaluces y, sobre todo, cordobeses tenemos nuestros antepasados originarios de esas zonas). Una muestra todavía presente de la veneración por los animales y la naturaleza, por parte de nuestros ancestros. Con la luna llena en el cielo, el espíritu de Lugh nos lleva a seguirles en ese respeto por nuestros acompañantes los animales y nuestro entorno natural. ¡Feliz Lugnasad!
Puede que me equivoque, pero ¿no establecieron los romanos a Mercurio como equivalente a Lug, para intentar sustituir el culto bárbaro?
ResponderEliminar¡Feliz Lugnasad!
ResponderEliminarPuede ser Gracchus, la aculturación no es un fenómeno exclusivo de la Iglesia. Ahora bien el Mercurio romano es una copia del dios griego Hermes. Éste comparte caracteres con Lugh. Seguro que hubo algún dios indoeuropeo del que derivan todos éstos.
ResponderEliminar¡Feliz Lugnadad, Nicolás!
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