Otro incumplimiento electoral del PP, con doble intención

La semana que viene hay reunión de los presidentes autonómicos, la Conferencia de Presidentes. Maria Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla La Macha hará de portavoz de los mandatarios populares y ha dicho hoy que van a llevar una línea común todos los presidentes del PP:  no habrá revisión del sistema de financiación autonómica. Dicen que las circunstancias económicas actuales no lo permiten. Ahora toca, según sus palabras, una evaluación del sistema. 

Olvidan su programa electoral, que, en su página 157, hace el siguiente diagnóstico: "La aplicación inadecuada del modelo de financiación, con anticipos que han facilitado que durante los años de bonanza  coyuntural se consolidasen gastos estructurales, ha restado flexibilidad a la capacidad de ajuste de las comunidades autónomas en momentos de crisis". Es decir, que la evaluación estaba ya realizada, y, además, teniendo en cuenta las "circunstancias económicas" de crisis que padecemos. No dice, por tanto la verdad, la señora De Cospedal. Para colmo, en la página en la página 158, vemos que la segunda medida que proponen, tras el "diagnóstico" y tras exponer sus "objetivos", es: "Proponemos un nuevo modelo de financiación que evite la consolidación como gasto público estructural de los ingresos coyunturales, y que tenga en cuenta la población y las circunstancias que inciden en el coste de los servicios públicos así como las exigencias de estabilidad presupuestaria." Como se ve, el diagnóstico está claro y las medidas también. Hasta ahora, claro, cuando la Generalitat catalana pretende el pacto fiscal rechazado por Rajoy que ha dado lugar al "levantamiento" del independentismo. El nacionalismo beligerante, algo que sí le interesa al PP para que deje de hablarse de los problemas reales de los ciudadanos en esta crisis que no están solventando y de la que se están aprovechando para aplicar el verdadero programa, el programa oculto que sí está cambiando el consenso constitucional. Porque la Constitución implantó el Estado Social y Democrático de Derecho, no el estado ultra-liberal, autocrático (y hasta teocrático) y de derechas que nos están imponiendo. La oportunidad de este incumplimiento es evidente. Otra trampa (la de los nacionalismos de pelea), con doble intención, y otra traición a los votantes y a la mayoría de los españoles.