Enrique Meneses, periodista de raza, ¡hasta siempre!

Una de sus fotos famosas, junto a Fidel y Raúl Castro, en Sierra Maestra

Acabo de enterarme hace uno minutos del fallecimiento de Enrique Meneses. Uno de esos profesionales que conocemos como un "periodista de raza". Uno de los paradigmas del fotoperiodismo, del reporterismo español. 

Alcanzó fama infiltrándose en la guerrilla de Fidel Castro, retratando la revolución cubana, cuando ésta era algo esperanzador y no la dictadura totalitaria y gerontocrática en la que se ha convertido. Recuerdo de él su paso por el programa de TVE "Los reporteros" como algo familiar, y una puerta a la aventura y el valor, algo que te provocaba el interés por la actualidad, reflejando un mundo convulso y apasionante. 

Durante años no supe nada de él hasta que el mundo de internet me lo redescubrió, a través de la asociación cultural Las ideas. Tiene un blog, perfil en Facebook y cuenta en Twitter. Recibió numerosos premios en su amplia carrera, incluido el premio Enrique Padrós, que otorga la red Las Ideas, al mejor blog sobre política en 2008. En esos tiempos es cuando Enrique Meneses, escudriñando la red con su olfato de periodista, llegó a encontrar este humilde blog en el que escribo. Llegó incluso a enlazar varios post de Celtibético en alguno de sus espléndidos artículos. Que alguien de la talla de este profesional usase algunos de mis publicaciones para fundamentar su trabajo es todo un honor y motivo de orgullo para mí, alguien que empezó en esto como si solo de un diario personal se tratase. Muchas gracias.

Nos ha dejado con 83 años, sin dejar de hacer su trabajo, con su vocación a pleno rendimiento. Demostrando su pasión por la profesión, la verdad y la humanidad. Su último trabajo lo publicó en su blog el 15 de noviembre pasado, pero su enfermedad nos ha privado de seguir disfrutando con nuevos comentarios de la actualidad. Al menos la red nos permite seguir leyendo lo que publicó. Su inmenso legado está a salvo, tras sus 65 años de ejercicio profesional. Su obra forma parte de la Historia contemporánea. ¡Hasta siempre, maestro!