Los jueces irán otra vez a la huelga. Otra vez en nuestra debilitada democracia, los titulares de la potestad judicial van a realizar un paro el próximo 20 de febrero. Esta vez contra las medidas del gobierno del PP, la subida de tasas, la reforma del Consejo General del Poder Judicial y los cambios en el Registro Civil. Si alguno piensa que voy a ser sectario con este asunto se equivoca. No estuve de acuerdo con las anteriores huelgas, ni estoy a favor de ésta.
La última huelga que hicieron los jueces fue por la falta de medios y contra el PSOE. Era entonces ministro Mariano Fernández Bermejo, aquel Ministro de Justicia al que la derechona acosó de forma furibunda, pues fue en su mandato cuando empezó a investigarse el caso Gürtel, que afecta al PP por corrupción y financiación ilegal. Consiguieron que dimitiera por participar sin licencia en una cacería (organizada, por cierto, por un alto cargo del PP) donde también estuvo el juez Garzón y el Comisario General de la Policía Judicial. Le acusaron de amañar la investigación por esa coincidencia. Él sí dimitió, por la falta de licencia (no se probó nada sobre influencias en la investigación), a diferencia de los acusados de los sobres, las cuentas en Suiza, la amnistía fiscal, etc. Aprovecho para recordarle a Maria Dolores de Cospedal que aun no ha dimitido, a pesar de sus palabras en la campaña electoral catalana, cuando hoy hemos sabido de otra cuenta en Suiza del anterior tesorero y gerente de su partido durante decenas de años. 20 días han pasado desde que se supo la noticia y Cospedal se olvida de su "promesa". Pues se la recordamos:
Pero volvamos a lo de la huelga judicial. Decía al principio que no estoy de acuerdo con la huelga. Con los motivos para protestar sí estoy en sintonía, pero el método no es el correcto. Y lo digo por las mismas razones que expuse hace cuatro años: los jueces no son trabajadores, ni meros funcionarios. Son quienes ejercen el Poder Judicial. Uno de los tres poderes del Estado de Derecho. Y si hacen "huelga" están haciendo dejación de sus responsabilidades como poder público. Algo insólito. Y una injusticia en sí misma contra el pueblo, del que emana la justicia, y ante quien responden como administradores.
Ahora los defensores del PP no se suman a la huelga, como sí lo hicieron hace cuatro años, cuando se trataba de derribar a Mariano F. Bermejo, y de paso a Zapatero y al PSOE. Esos sí que demuestran ser sectarios, no por negarse a hacer huelga, sino por no hacerla ahora y sí hace cuatro años, cuando gobernaban otros. La política en materia judicial de Ruiz Gallardón es deplorable: no ha aumentado en medios los juzgados, la Oficina Judicial sigue sin modernizarse ni agilizarse, con la subida de las tasas solo se busca recaudar para minorar el déficit del Estado, y están impidiendo el acceso de los ciudadanos a una justicia a la que tienen derecho constitucional...Son múltiples las causas para protestar, y hasta para "acosar" políticamente en varios frentes a este ministro, antes considerado un "moderno" y hasta "progresista", que se está comportando como un ariete ultraconservador, y que no hace nada para aclarar los casos de corrupción que afectan a su partido. Pero la huelga es un derecho de los trabajadores, no de los titulares de un Poder del Estado. No es de recibo que, con la crisis institucional de extrema gravedad que estamos viviendo en estos días, además los jueces pongan en entredicho la separación de poderes y el ejercicio de sus potestades institucionales mismas. El deterioro que estamos viviendo se podría acelerar. Lo de la huelga es una mala noticia.
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