"Date prisa, que se ajilacha la tarde". ¿Quién no ha dicho o escuchado esta frase, por ejemplo, alguna vez? No recuerdo cuándo fue la primera oportunidad, pero lo seguro es que:
1. Me estaban metiendo prisa.
2. Que era por la tarde (aunque podía haber sido perfectamente por la mañana).
3. Que me quedé más mosqueado que un pavo en Navidad ante la enigmática frase.
Pero sí entendí que había que apresurarse, porque la tarde (aunque podía haber sido perfectamente la mañana o la noche) se estaba acabando, extinguiendo, llegaba el cambio de tiempo, y, con él, se nos acababa nuestro tiempo particular, la ocasión que teníamos para realizar nuestro cometido concreto. Lo que entendí es que la tarde se estaba como deshilachando. "La tarde se deshilacha", pensé, "a eso se referirá". ¿No os parece hermoso? Imaginamos la tarde (o la mañana, o la noche, da igual) como una tela, una tela que se descompone, perdiendo hilachas, pedazos de hilo, de la materia de la que está compuesta. Que se deshilacha. De forma reflexiva, deshilacharse, ajilachándose. La tarde se torna un tejido celestial que se va desprendiendo de su luz en forma de hilos brillantes que, al caer, dejan al descubierto la próxima oscuridad.
No sé si será esto. He buscado en internet y en algún diccionario de hablas locales, como el "Diccionario del habla cordobesa" (Almuzara 2011) de Alberto Díaz-Villaseñor, y no he encontrado el verbo "ajilachar" ni "ajilacharse", ni "jilacharse", otra forma empleada por aquí. Si existe ahilar, que nosotros pronunciamos como "agilar", aspirando la "h", que se parece algo a nuestro "palabro" y que significa correr. ¿Correr con el significado de darse prisa? Curiosamente, en el otro diccionario, el DRAE, ahilar tiene varias acepciones que podrían estar relacionadas con el sentido de ajilacharse: debilitarse, padecer desfallecimiento o desmayo, "Dicho especialmente de la levadura o del vino: Hacer hebra por haberse maleado". Como esa tarde que se hace hebra al caer la noche. Pero ajilacharse no lo encontramos, debe ser algo propio de nuestra calurosa tierra.
Por su poética belleza, merece pasar a algún catálogo de palabras. Por eso lo incluiremos en nuestro, desde hace tiempo abandonado, Diccionario Palmeño de la Parcelilla.
Ajilachar, ajilacharse.
1. tr. Hacer o hacerse hilachas, deshilacharse.
2. tr. loc. Acabar el tiempo en que nos encontramos, sobre todo, hacerse tarde. Deshacerse la parte del día en que estamos interesados, como hilos de una tela que se descompone.
3. tr. loc. Forma que se usa habitualmente en nuestra tierra para meter prisa a otros, como, por ejemplo, hacen los manijeros en el campo para que se apliquen el cuento los jornaleros. "¡Vamos acabando, que se ajilacha el día!"
Ajilacharse la tarde. Lo que estoy viendo en estos momentos, de un azul intenso, entre estratos nubosos, que las últimas horas del día se convierten en hilachas de luces y sombras. Todo un poema de la naturaleza.
Sí, sí, todos tenemos localismos que varían de un pueblo a otro pueblo; de una comarca a otra comarca. Es más, yo te diría que además de los localismos existen también los familiarismos y los amiguismos (estos últimos, en el sentido más noble de la palabra peyorativizada).
ResponderEliminarEn el ambiente familiar de mi propia familia hubiéramos dicho: "...que se escachifurcia la tarde".
Llamamos a una persona "galuta" por expresar que es un enterón, un güele-güele, un metomentodo...
Decimos que es un "zamuzo" para undicar que esa persona es un poco taciturna, cabizbaja, arisco, tristón...
Bueno y puedes agradecer que yo no soy un lingüista y no ando con el cuidado de anotar todos los particularismos que uso en mi lenguaje, que si no, te inundaba este huequito que queda para hacer comentarios, de cienes y cienes de palabras que no se pueden ver en el diccionario.
Pero tu artículo está gracioso a la par que instructivo.
Saludos,
Muchas gracias, Jesús. Y también por los "palabros" de tu tierra con que nos has obsequiado.
ResponderEliminarSaludos