Ha llegado a casa Anamari y me ha comunicado que ha muerto Bolita. Bolita era el gato de su madrina Ana, la que vive en Lasarte. Su compañero de piso. A Bolita le llamaban así por su definida anatomía, su oronda figura de color anaranjado, como el gato Isidoro, o el otro gato de las historietas y dibujos animados, Garfield.
Lo conocimos la primera vez que paramos en Lasarte. La última ocasión que lo vimos fue el año pasado. Bolita nos dejaba sus regalos en forma de pelo anaranjado, que se nos pegaba a la ropa y que duraba varios lavados en desaparecer. Cuando llegábamos al piso siempre nos esperaba y allá donde fuésemos él estaba haciendo compañía o metiéndose entre nuestras piernas, subiéndose a las sillas o la mesa de la cocina, o intentando entrar en el dormitorio, para acurrucarse en la cama. Para evitarlo había que cerrar la puerta con habilidad, pues se colaba a las primeras de cambio. Y más de una noche arañaba la puerta del dormitorio intentando llamar la atención, aunque tenía habitación propia con todas las comodidades que le proporcionaba la madrina. Se pasaba la vida en la postura que vemos en la foto. No me extraña su volumen.
Dicen que los gatos tienen siete vidas. No sé si este también. Sí sé que la madrina le echará de menos. El gato gordinflón y del color de los frutos de Palma del Río siempre estará en el recuerdo.
Gracias por tu blog, que llevo tiempo siguiendo y me encanta,las entradas sobre Palma me gustan muchísimo.Con la entrada de hoy no he podido resistirme a escribirte, pues me ha conmovido.Yo soy muy gatera y me alegra ver que hay mas gateros en este pueblo.Me ha gustado mucho el tono de cariño y respeto con el que has compartido con tus lectores un hecho como este, que para algunos sería intrascendente, pero veo que para ti no es así. Muchas gracias de nuevo por tu sensibilidad especial.
ResponderEliminarNo me figuraba que un post así me granjeara elogios semejantes. Gracias a ti, Alba.
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