El encargado de los subtítulos en TVE, por una vez, tuvo un "arrebato de veracidad", y metió la pata en la retransmisión |
Llegó el gran día. Rajoy estuvo en el Parlamento (ante el Congreso, pero reunido en el Senado, por obras en la sede de la Carrera de San Jerónimo, todo un símbolo del estado de ruina al que nos ha llevado el gobierno). Y en teoría era un pleno monográfico sobre el caso Bárcenas, aunque Mariano Rajoy lo ha aprovechado para hacer alabanzas a su propia política y su gobierno, dejando aquel "España va bien" (fin de la cita) de Aznar en una pequeñez, pues nos ha asegurado, y varias veces, que "España va mejor" (fin de la cita). Ahí es nada. Cuando ha hablado de Bárcenas lo ha hecho al modo borbónico. Rememorando aquel "Lo siento mucho, me he equivocado. No volverá a ocurrir", (fin de la cita) del rey Juan Carlos cuando le pillaron con la cacería de elefantes en África. "¿Me equivoqué al confiar en una persona inadecuada? Sí. Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable." Eso ha dicho (fin de la cita). Le creyó tanto que le tuvieron 20 años en sus responsabilidades, repartiendo sobres, sobresueldos, sin darse cuenta de ello, según parece. Tanto confiaron en él que le mantuvieron en su despacho, pagándole un sueldo, con chófer y secretaria, a pesar de haberle "despedido" en diferido (fin de la cita). Y tras agradecer los servicios prestados.
No se enteró Mariano de los sobres, aún siendo uno de los receptores, según la declaración judicial del extesorero y sus famosos papeles. Y a pesar de que era un "secreto a voces". "¿Se han pagado sueldos? Sí. ¿Se han pagado remuneraciones complementarias por razón del cargo? Sí. ¿Se han pagado anticipos o suplidos a justificar por gastos inherentes al desempeño del cargo? También, como en todas partes." (Fin de la cita). Miente, no pasa eso en todas partes. Los cargos públicos de otros partidos no cobran sobresueldos, sino que incluso pagan una cuota adicional a su partido. A mi me ha pasado y he tenido que soportar las risas de mis ex compañeros concejales del PP que afirmaban que ellos no pagaban cuotas, sino que cobraban sobresueldos. El mismo Rajoy ha tenido que ceder a la evidencia.
Pero una cosa importante falta en el "me equivoqué" de Rajoy que lo diferencia de la disculpa del monarca, el "No volverá a ocurrir". ¿Significa esto una confirmación de que las prácticas continúan? ¿Se sigue financiando el PP de la misma manera que ha confirmado Bárcenas? No hay propósito de enmienda, luego las disculpas son farisaicas, inventadas, no justificadas. Y una confirmación implícita de lo mal que lo han hecho. Y una ofensa más a la inteligencia de los sufridos españoles. Ganaron elecciones con de forma algo más que sospechosa. El PSOE también lo hizo con Filesa y terminó pagándolo.
La hipocresía del "y tú más" no confirma sino la poca legitimidad de este gobierno. Rajoy ha echado en cara a Rubalcaba sus palabras cuando lo de Roldán. Esto demuestra su poca vergüenza. Cuando Roldán se escapó, el Ministro del Interior, Antoni Asunción, en cuyo ministerio prestaba servicio como director general de la Guardia Civil, sufrió el acoso de su partido y su prensa amiga. Y dimitió. Cuando Mariano Bermejo (Ministro de Justicia con Zapatero) fue acusado por el PP (y la prensa amiga) de connivencia con el juez Garzón por coincidir en una cacería, cuando éste era el juez instructor del caso Gürtel, tuvo que dimitir. Cuando el escándalo protagonizado por Juan Guerra se hizo insostenible, su hermano, el vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, dimitió. Ahora en el PP nadie dimite. Y Rajoy se enroca en su cargo: "Ni voy a dimitir ni voy a convocar elecciones legislativas, que quede muy claro" (Fin de la cita). Con dos cojo.....
Hasta ahora he puesto en mi relato viarios "Fin de la cita". La frase que ha repetido varias veces Rajoy en su discurso para dar término a las frases textuales de otras personas. Y que ha sido todo un éxito en las réplicas de los parlamentarios y en internet. Algo que tenía en su discurso escrito entre paréntesis, y que le colocaría algún asesor para que no se creyese que eran sus propias palabras. Así de nervioso por dentro estaría, que ha leído el guión hasta con las acotaciones. Menudo mal actor. Como está poco acostumbrado a dar explicaciones y cuando lo hace es con trampas para leer la respuesta a una pregunta ya pactada de antemano, ha terminado leyendo más de la cuenta. Esta vez lo "coloxal" (fin de la cita) no era que no entendiese su letra, como le pasó una vez, sino que ni siquiera sabía leer lo que otros le habían preparado. Así de inútil es este "confiado", este tipo al le engañó un "falso inocente" (fin de la cita). ¿Y todavía no se ha enterado que es mejor para él y para nosotros que un inepto, como ha confesado que es, dimita?
Naniano Rajao no me inspira ninguna confianza ni me despierta ninguna lástima. Es más, estoy convencido de que es un político muy corrupto indigno de seguir un minuto más al frente del gobierno español.
ResponderEliminarEs un tío lelo, memo, lerdo y un caradura como el hormigón armado.
Sin embargo, yo no soy de los que creen que se coló en la lectura del discurso, a base de repetir, machaconamente la frasecita: "fin de la cita".
Yo creo que el escribidor de esas coletillas las escribió así para ser leídas así.
En literatura y en ortografía de la lengua española existen muchos signos de puntuación y todos tienen su momento, su porqué y su utilidad.
Si el escribidor del discurso que ha leído Naniano Rajao, hubiera querido poner esas coletillas para no ser leídas, en vez de poner "(fin de la cita)" habría tenido que poner "[fin de la cita]".
Dicho más a lo claro: cuando se trata de un paréntesis del propio texto, se usan los paréntesis "( )" y cuando se hacen anotaciones fuera del texto, sólo para advertir al lector, se usan los corchetes "[ ]".
Esto necesita una urgente aclaración, pero si es metedura de para de Naniano, por eso yo no me atrevería a pedfirle que deje el gobierno de España.
No creo que la inteligencia de los cientos de asesores de Mariano entienda de tus precisiones, Jesús. Ni el propio Rajoy. Los motivos para pedir la dimisión, por descontado, son otros.
ResponderEliminarMenos mal que por lo menos no lo escribió él de su puño y letra si no hubiera repetido ilegible varias veces. En fin es lo bueno que tiene ser católico que confiesas te arrepientes y a seguir pecando.
ResponderEliminarOtra muestra de hipocresía, Quinto Forajido. Pecar, confesarse y volver a pecar. ¡Ancha es Castilla! Eso sí, si son otros los que pecan: cumplimiento íntegro de las penas.
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