sábado, 3 de agosto de 2013

Nixon y Rajoy



"Fin de la cita". Demoledora comparación.

4 comentarios:

  1. No me atrevo a comparar o a descomparar a Nixon y a Rajoy. (No conozco lo que dio de sí el estadounidense).
    Lo que sí sé es que el gallego tiene un grandísimo mérito (diavólicamente hablando, claro).
    ¿Cuántos otros políticos aguantarían tanta presión y tanta evidencia como el coloxal cínico caradura?
    A otros que se les pillara con las manos en la masa y con el carrito de los helaos como se le ha pillado a este, tendrían la mínima vergüenza torera de dimitir. Este no.
    Y lo más 'gracioso' es que no necesitará dimitir ya que al final, todo lo judicial quedará en agua de borrajas, sobreseído, indultos..., a imagen y semejanza del caso Naseiro, policías torturadores, kamikaces al volante...
    Que estos peperos tiene un arte diavólico muy consumado para mangonear en la justicia y que todo quede en nada.
    Vease, si no, el caso de Carlos Fabra o el de Francisco Camps.

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  2. Rajoy ni es torero ni tiene vergüenza. Él, cuando hay un problema, se fuma y puro y ya está ("ya tal", fin de la cita). Pienso como tú, que el caso se perderá en el juzgado y... ¡a robaaarrr!

    (Por cierto, y perdona, pero lo de diabólico ("diavólico") con "v"...)

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  3. Has hecho muy bien en apuntármelo. Te lo agradezco mucho, Schevi.
    Después de pinchar al botón de "Publicar comentario" me di cuenta de la metedura de pata en la palabra diabólico. Pero ya era tarde.
    Yo, que me preocupo mucho por dejar los escritos sin faltas ortográficas, valoro mucho tu noble gesto.
    Sí porque —por desgracia— somos muy poquitos los que lo aceptamos con buen talante y con gratitud. Hay por ahí mucho altivo al que le repatea que le corrijas y a veces responden: "¡Bueno, pero se entiende igual, nooo?".

    Según con quién, yo me pienso muy mucho lo de avisar de alguna falta encontrada en la escritura, por mucho que desde las lecciones de moral de nuestra niñez nos hayan enseñado que es una obra de caridad enseñar al que no sabe.

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  4. Ya me parecía raro el gazapo, sobre todo viniendo de ti. Por supuesto la corrección ha sido totalmente educada y sin ánimo de ridiculizar, como bien has entendido. Yo también me "columpio" algunas veces y, de tanto leer lo escrito, no me doy cuenta de esos errores. Pero, para eso ya está mi señora. Siempre me enmienda la plana. Por algo es maestra, jajajaja.

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