lunes, 19 de agosto de 2013

Segovia, el románico y las torres


Segovia nos sorprendió en nuestra primera visita. Tanto que el año pasado volvimos a hacer escala en esta ciudad. Sin duda destacan su Catedral, el Acueducto romano y el Alcázar, fortaleza medieval donde se paseara Alfonso VIII, el rey de Castilla que participó en la batalla de las Navas de Tolosa


Pero, lo que me causó asombro fue el número de iglesias románicas, que es apabullante en sus calles del casco histórico, y las torres que se encuentran esparcidas por doquier, la mayoría torres mochas pertenecientes a numerosos palacios.


Mirase por donde mirase me topaba con un ábside, un torreón, una entrada porticada de arcos de medio punto, o los típicos esgrafiados de muchas fachadas que, similares a los que vemos en los muros de nuestra parroquia de Asunción, adornan paramentos con filigrana, que recuerda a la orfebrería, hecha en el enlucido, sobre muros preñados de historia.


Junto a la original disposición de las tejas en sus edificios (de forma "cóncava"), son señas de identidad de esta hermosa ciudad. 


Merece la pena darse una vuelta por Segovia. Además, su gastronomía, donde el cochinillo asado es un manjar famoso, acompañado de un buen vino de la tierra, ayudará a que la visita sea mucho más agradable.

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