martes, 24 de septiembre de 2013

Ganó Merkel otra vez


Ganó el domingo otra vez Angela Merkel, como estaba previsto. Eso era lo que pronosticaban todos los sondeos, así que no ha habido sorpresa. Es la única mandataria europea que no se cargado la crisis. Seguramente porque es la única que se ha aprovechado de ella. Manda como nadie en los últimos tiempos, y es el objeto de todos los cortejos de los gobernantes que le rodean, deseosos de obedecer sus designios para asegurarse la duración en el puesto. Impone, a través del Banco Central Europeo y la Comisión, su política de salida de la crisis, salvaguardando los intereses alemanes, los que iban a estar más perjudicados por ser los dueños de la deuda de muchos países, como España. Exigiendo ajustes duros a los demás, para garantizar el cobro de su deuda. Tal es la cosa que la maldita prima de riesgo se mide con respecto a Alemania. Europa está a su servicio. Decidió que los países del sur debíamos ser sus criadas y los compradores de sus productos y lo han conseguido, no sin sacrificar también a la parte más débil de su propio país, como son los pensionistas y trabajadores. Puro liberalismo burgués. No ha obtenido mayoría absoluta por poco, tres escaños, pero ha subido en representación porque sus antiguos aliados liberales han desaparecido (los electores conservadores han preferido concentrar el voto para arrasar). Esto le permitirá gobernar en minoría o buscar otros aliados, como ha ocurrido siempre, gracias al sistema electoral alemán. En eso "la nación" está por delante para muchos de ellos, que dejan atrás la ideología para ponerse al servicio del Reich. Alemania perdió la Segunda Guerra mundial pero está ganando la postguerra. La violencia no le fue bien, y la astucia y el poder del dinero le están dando la hegemonía que siempre han deseado. Aunque nos entristezca, los sueños de invadir Europa se están haciendo realidad de forma pacífica e inexorable. Ya no hace falta mandar tropas a romper vayas en las fronteras: el dinero lo puede todo. Repito, Alemania ha ganado en el diseño de esta Europa de las finanzas, que ha sustituido a la nonata Europa de los ciudadanos y los derechos, y nosotros nos hemos resignado a esa derrota. Y eso los electores teutones se lo han premiado a la hija del pastor de la antigua Alemania del Este. La verdadera ganadora.

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