Me apetecía dar la bienvenida al otoño escuchando blues. La música que pensé más apropiada para esta tarde nublada. Tarde plomiza y calurosa al mismo tiempo. Tarde que podía ser triste, y con el calor de las plantaciones de algodón de las viejas películas del sur norteamericano. Blues, lógicamente blues, como el que cantarían los descendientes de los esclavos negros en el viejo New Orleans, por ejemplo. Con los últimos estertores del verano que se nos va, aún con temperaturas altas. Como no queriendo marcharse.
El otoño entra inexorablemente. Para traer otro tiempo. Tiempo de cosechas, de aprovisionamiento de víveres, del almacenamiento del sustento del ganado, previo a su reclusión del próximo invierno. Una estación que invita al recogimiento, a la melancolía, a la tristeza de las tardes más cortas. Una estación para el blues. Pero no nos vamos a resignar. Lo haremos con otro blues, el vitalista blues de un grupo del que ya os hable en más de una ocasión. El grupo sevillano "The Pure Tones", del que hace años comenté uno de sus discos. Y que tienen más trabajos en el mercado. Os dejo con Magic Goove, en una escena campestre, como se merece una tarde como ésta. Que ustedes entren en el otoño de la mejor manera posible. Y que lo disfruten, que todavía el invierno no nos viene a encerrar.
Francisco Javier, otoño rima con moño y da la coincidencia de que todos —quizás—nos imaginamos que esa pastorcita debe tener un bonito y atractivo moño.
ResponderEliminarClaro que también otoño rima con madroño, retoño, bisoño, gazmoño, ñoño, ... (pero no es lo mismo).
Has tenido muy buen gusto para poner una ilustración tan aparente, totalmente relacionada con el otoño.
¿Lo ves? Yo también me he despertado hoy muy otoñal.
Saludos,
El otoño es también una estación muy sugerente. Jajajaja. ¿Y de la música qué me cuentas?
ResponderEliminar