He estado varias veces en Burgos, una ciudad que merece la pena visitar. Tiene unos monumentos muy interesantes y un casco histórico cómodo para pasear, además de disfrutar de una gastronomía excelente. En estos días Burgos ha sido protagonista de los medios de comunicación por las protestas derivadas por la obra del proyectado bulevar del barrio de Gamonal, un barrio alejado de esta zona histórica y turística burgalesa. Unas obras plagadas en su adjudicación por numerosas irregularidades, relacionada con un personaje presente en el "poder real" burgalés a través de sus diversas empresas, medios de comunicación y su cercanía con el PP, el empresario Méndez Pozo, que ya fue condenado por corrupción hace años. Las protestas de los vecinos del barrio han conseguido parar de momento las obras, aunque el ayuntamiento ha rechazado que la paralización sea definitiva. Hay intereses muy fuertes. Y la opinión de los vecinos cuenta menos que la de los que tienen esos intereses. Pero como la trascendencia de las protestas encendió las alarmas en el partido gobernante, e incluso se han extendido a otras ciudades cuyos vecinos apoyan las protestas de los burgaleses, no han tenido más remedio que ceder momentáneamente para aplacar los ánimos, pues esto podía ser la chispa que encendiese un polvorín general, a causa del enfado ciudadano por la política gubernamental. Algo que parece que ha obligado a rectificar definitivamente al ayuntamiento.
Como decía al principio son varias las visitas que hemos realizado a Burgos, en varios años. Y hemos podido comprobar algunas "variaciones" en el paisaje urbano. Como ejemplo pongo dos imágenes más, además de la del ayuntamiento burgalés, que encabeza este post, ya que tengo la costumbre de fotografiarme a las puertas de las casas consistoriales de las ciudades que visitamos. Esas dos "fotos del viernes" adicionales reflejan un cambio en la plaza de Santa María. En la primera vemos a Anamari sentada junto a una figura de peregrino, que adorna un banco que hay en la plaza, con la Catedral gótica al fondo. Lo llamativo, además, es el macizo floral que rodea a la farola de atrás, un contraste de frescura entre tanta piedra. Una foto de julio de 2009.
En la siguiente foto estoy yo sentado en el mismo banco, junto al peregrino de bronce, con una visión más amplia de la Catedral al fondo. Pero sin el jardincito que había antes. Una foto de 2012, tres años después. La piedra, su dureza, es lo que domina la imagen. Ya no hay zona verde. En toda la plaza ha desaparecido lo vegetal, predominando lo pétreo. Un símbolo de lo que está pasando en este Burgos donde la derecha manda casi desde los tiempos del Cid Campeador. Y cuyos intereses económicos predominan sobre otras consideraciones, llegando a perjudicar al mismo entorno urbano y a sus vecinos. Es lo que pasaba con el bulevar de Gamonal. Pero los vecinos no aceptaron que los gobernantes, por muy absoluta que fuese su mayoría, hiciesen lo que les diese la gana, en contra de los intereses ciudadanos. Hoy Gamonal, y Burgos, se han convertido en símbolo de resistencia contra las bravuconadas del poder. Y de cómo se pueden cambiar las cosas.
Mucho mejor con jardincito
ResponderEliminarSin duda. Una pena que se los cargaran.
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