martes, 1 de abril de 2014

Y luego nos quejamos


Llevo algún tiempo con problemas en el teléfono móvil. Me ha pasado muchas veces que, al dejarlo cargando por la noche, cuando le retiro el cargador por la mañana, aparece con la indicación de que la batería está cargada. Pero al retirar la clavija, el nivel vuelve al que tenía cuando lo dejé o a otro porcentaje inferior (con un sonoro aviso de "conecte el cargador"), con lo que he tenido que volverlo a poner en carga. Algunas veces me pasó que, en la segunda carga, me daba cuenta de que no subía ese porcentaje de carga, sino que iba bajando. Es decir, que no cargaba, sino que seguía consumiendo batería. Me dijeron que lo cargase con el teléfono apagado. Así lo hice y aparentemente funcionó la cosa. Hoy he vuelto a sufrir el mismo problema, pero ya no me encontré con la indicación de "cargado", sino con el teléfono apagado. Cuando he intentado hacer la segunda carga no se ha podido, incluso con un cargador diferente que me prestaron. Así que he tenido todo el día el teléfono apagado.

Con un enfado de mil demonios hemos salido esta tarde hacia la empresa que me hizo el contrato del smartphone y me vendió el teléfono, a intentar averiguar el problema. Me han indicado que el problema es de la batería, que estará averiada, según deducen de mi explicación. Que no es del teléfono. Y, para colmo, la batería no está cubierta por la garantía (llevo con el teléfono menos de un año, pues me lo dieron en junio del año pasado), con lo que me han aconsejado comprar una nueva. Y así hemos empezado el vía crucis

Hemos estado en dos tiendas de Movistar, en una de Vodafone, en otra de Orange, y en la tienda que surte a mi empresa suministradora de telefonía. En ninguna tenían. El alguna me dijeron que tendrían baterías de mi teléfono si las encargaban expresamente, con lo que tendría que esperar al menos una semana. En la tienda "oficial" ni las tenían ni las venden, ellos solo venden aparatos. Pero me aconsejaron que fuese a la tienda que tenían enfrente, un antiguo videoclub, ahora también locutorio telefónico, de internet, tienda de chucherías, recargador de móviles, bazar, que "seguro que la tienen de esa marca". Pero no la tenían, ¡mecachis! Lo mismo que me aconsejaron en otros "proveedores oficiales" de las compañías telefónicas conocidas. 

Así, tras recorrer tienda por tienda, y con la desesperación cautivándome poco a poco (ya me veía echando mano de mi viejo y chiquitín teléfono móvil que me "regalaron" con los puntos acumulados durante años, el más barato), solo me quedaba recurrir al establecimiento odiado por el comercio local, en cualquier pueblo o ciudad de nuestra amada piel de toro: los chinos. Allí me llevó mi mujer, dando un largo paseo.

De este modo nos desplazamos al bazar chino de la carretera ("el que tiene de todo", el de los jarrones de cerámica de metro y medio, que alguien seguro comprará porque los tienen a mansalva en el escaparate... y más cosas). Y tras preguntar a varios dependientes, me mostraron la ansiada batería de mis desvelos. Me pareció pequeña, así que abrí el aparato para colocarla y comprobé que así era. Un dependiente joven con bigote se burló en su idioma y con sonoras carcajadas de la dependienta que me había proporcionado la batería (la encargada y especialista de los productos de telefonía del local, supongo). Ésta, visiblemente enfadada (y sonoramente, deduzco, pero en su idioma) se subió a una escalera tras el mostrador y empezó a buscar caja, tras caja. Hasta encontrar otro modelo. Lo probé y... funcionaba. Era la que necesitaba. De otra marca, "hecha en China", pero ahora mi teléfono funciona. El colmo es que nos dimos cuenta que la batería original de la marca de mi teléfono, también es "MADE IN CHINA". Así que da igual, todo queda en casa. Y yo ya tengo de nuevo mi querido smartphone funcionando tras un día aislado del mundanal ruido. Y tras casi tres horas de aventurera búsqueda entre nuestras empresas. Lo tenían los chinos. Esos tan odiados, pero tan admirados por nuestros "queridos liberales". 

Y luego nos quejamos. 

10 comentarios:

  1. Obsolescencia programada. Está hecho para que al año tires el teléfono sin repuestos. Tienes que tener cuidado con las baterías chinas, algunas explotan o circuitan y te inutilizan el móvil.

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  2. Está claro que el futuro está en China. Yo por si acaso, ya estoy aprendiendo "mandarín".

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  3. nada schevi, que no explotan, la primera no le ha pasado, pues a la segunda, tampoco. No nos gustan, pero hacen el apaño.

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  4. No tenemos las naranjas como símbolo de nuestra Palma... pues vinieron de China.

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  5. Espero que no me explote la batería, Alfonso. Ya es demasiado caro el teléfono, para que me lo estropee por usar complementos ajenos. Pero también es una vergüenza que no encuentres esos accesorios imprescindibles en los comercios "oficiales".

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  6. No creo que haga falta aprender mandarín, Avlio Cornelio. Aunque si lo aprendes tampoco está mal, sobre todo si piensas irte a China. Son nuestros empresarios nacionales, con la inestimable ayuda de los gobernantes los que están importando sus costumbres laborales, para aplicarlas aquí dejándonos con los mismos derechos y libertades que tienen los chinos. ¡Y luego dicen que el comunismo es malo!

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  7. Es espero, que no explote como no lo hizo la primera, aunque tampoco le auguro mucha vida, seguro.

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  8. Pues claro que es porque queremos, anónimo. Ya verás cuando tengamos los mismos derechos que los chinos (cosa para la que ya queda poco) como se empiezan a fabricar también aquí. Aunque sean solo algunas cosas, porque a los alemanes no les interesa que tengamos una industria fuerte. Ellos nos quieren como su divertimento, y sometidos como la chacha de antaño.

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  9. Cierto, jataefe, las naranjas vinieron de oriente. La diferencia es que ahora nosotros las producimos y comercializamos (algunas veces, que los valencianos ya se encargan de vender una buena parte de nuestra producción con su sello y marca). Cuando fabriquemos también estos aparatos será otro cantar, pero antes nos tienen que poner definitivamente a la altura de los chinos en cuanto a derechos y libertades. Ya vendrá otra vuelta de tuerca a la reforma laboral.

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