lunes, 26 de mayo de 2014

Congreso extraordinario


Tras el resultado de las Elecciones Europeas de ayer, la Ejecutiva Federal del PSOE ha convocado un congreso extraordinario para elegir nuevo secretario general, ya que Rubalcaba se retira y no piensa presentarse como candidato. Era lógica una reacción tras el descalabro de ayer. Joaquín Almunia dimitió como secretario general tras las Elecciones Generales de 2000, cuando él fue el candidato a la presidencia del gobierno, tras las primarias frustradas que habían elegido a Josep Borrell. Y Rubalcaba no podía seguir pilotando un barco que cada vez tiene más vías de agua. La candidatura de Elena Valenciano no ha movilizado al electorado. Una "funcionaria" del partido que únicamente basó su campaña en el fiasco de Cañete en su debate televisado y su posterior metedura de pata cuando quiso justificarse, con ese comentario machista sobre la inteligencia de las mujeres tan conocido. Creer que hablar del aborto y del machismo nos iba a hacer ganar las elecciones era un error de bulto (que, por cierto, no se comete por primera vez), cuando la crisis económica sigue azontándonos y la cacareada recuperación solo ha llegado para unos pocos, a costa de los recortes en servicios públicos y unos impuestos desmesurados, para pagar la deuda soberana. Para colmo la elección de la candidata, sin primarias, cuando ya se había aprobado este procedimiento, mermó sus posibilidades. Y el que Felipe González hablara de un posible gobierno de coalición entre PP y PSOE ha encabritado a un electorado de izquierda deseoso de cambios en el PSOE que lo alejaran de la imagen de ser la otra cara, pero de la misma moneda liberal. Eso ha concluido con un varapalo a los grandes partidos en beneficio de otros minoritarios que, aunque no han acabado con la hegemonía de los tradicionales, sí han fragmentado el panorama partidista. Si se reprodujera este resultado en unas elecciones generales nos pareceríamos al régimen italiano de la postguerra, ingobernable. Más que por alternativas coherentes, el electorado se ha pronunciado en contra de un sistema, el nacido de la Transición, o eso interpretan los que se sienten ganadores de la jornada electoral. Como dijo Nativel Preciado ayer en televisión: "el descontento social gana las elecciones europeas". Para colmo el neofascismo ha conseguido resultados preocupantes


Desde el último congreso, en el que tanto se habló de primarias, el PSOE ha ido postergando su celebración para el otoño de este año, con el objetivo de no condicionar las elecciones europeas, creando división interna. Pero la convocatoria de congreso extraordinario para julio vuelve a enrarecer el futuro de esta forma de elegir candidato a la presidencia del gobierno. Los "pre-candidatos" de los que se hablaba ya han manifestado su descontento con la decisión. ¿Quién se va a atrever a enfrentarse a un secretario general (o secretaria general, como algunos ya hablan tras lo ocurrido en Andalucía) recién elegido por el congreso, en unas primarias inmediatas? En esas primarias estaba previsto que participasen militantes y simpatizantes, votantes que estuviesen dispuestos a intervenir en la elección del candidato a la presidencia del gobierno, como una forma de abrir el partido a la sociedad. En el congreso solo participarán los afiliados, eligiendo delegados que luego votarán lo que estimen conveniente durante sus sesiones. ¿Es esta la mejor fórmula de dar a entender a los desencantados votantes, que necesitan que se les tenga en cuenta para articular un proyecto hegemónico y democrático de izquierda que haga frente con éxito al PP, que hemos comprendido lo que ha pasado en estas elecciones europeas del 25 de mayo?

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