Ha llegado la estación más larga del año, este verano. Hoy viene con el solsticio, del que ya hemos hablado varias veces. Empieza astronómicamente la temporada del calor. Ese calor que ya nos avanzó su presencia en semanas anteriores, haciendo de la primavera esa espiral del clima donde se alternan sin orden todos los fenómenos meteorológicos.
También comienza la estación donde ya madura la siembra, preparando la temporada de las cosechas. La mies se vuelve dorada. Los árboles ponen en sazón sus frutos. El agro se vuelve en las horas centrales del día un mar de colores ocres, ondulando con el canto de las cigarras.
Es necesario buscar remedios para soportar las altas temperaturas, que van creciendo hasta alcanzar su cúspide a finales de julio y principios de agosto.
Los cuerpos buscan los baños con que sofocar esos calores, gozando del relax que proporciona el frescor del agua en contacto con la piel, sobre todo en esos momentos en que nos es más fatigoso hacer esfuerzos.
Desde tiempos remotos buscamos el contacto con la Naturaleza en este día en que oscurece más tarde, en que la noche es la más corta del ciclo anual. Mitos, leyendas, ritos y creencias se superponen con una finalidad común: sintonizar nuestro organismo con el fluir del universo, para aprovechar gozando el máximo número de horas de los placeres naturales.
Cantos, danzas, juegos, festivales de música y magia con los que fundirse en un ritmo cósmico que se nos antoja alegre, divertido y nos alimenta el espíritu y solidifica la amistad.
Esta noche, para culminar la jornada, el fuego y el agua se unirán en perfecta armonía, por muchas partes de nuestras tierras, en montes y playas, en un ancestral y recurrente rito de comunicación con todo el mundo natural que nos rodea. Gocemos, pues. ¡Feliz solsticio!
Muchas gracias. Es cierto que le he querido dar ese toque carnal. Parece que el verano invita al goce.
ResponderEliminarQue seas feliz tú también, con tus seres queridos.
Buena semana y buen verano. Saludos.