El domingo es la final del campeonato mundial de fútbol. Y, como todo el mundo sabe, en ese encuentro se enfrentarán Argentina y Alemania, o Alemania y Argentina, según se prefiera. Cada uno de los españolitos, ya que no podemos animar a nuestra selección, apeada del campeonato en la primera fase, mostrará ese día su preferencia por una u otra selección nacional. Unos se inclinarán por el país hispanoamericano, por los evidentes vínculos con nuestro país. Otros por la selección teutona, por otras razones (históricas, por europeísmo, por ideología...). Algunos otros no nos identificamos con ninguna de ellas, así que veremos sin pasión esa final. O simplemente ni la veremos, por falta de interés, hacia los contendientes, o meramente por el fútbol, que no todos somos fanáticos del llamado deporte rey. Cuando se conocieron los finalistas los chistes surgieron en la red con profusión. Yo mismo publiqué algunos de ellos. Los destacables hacían referencia a la coincidencia de nacionalidad de los papas actuales, el dimisionario y el reinante, alemán el primero y argentino el segundo, con las selecciones que van a la final. Una coincidencia que facilitaba el comentario jocoso fácil. Así que muchas fotos del pasado encuentro entre los dos pontífices, con sus hábitos papales, surgieron comentando las posibles y lógicas preferencias de uno y otro en materia futbolística. ¿Conocerán el resultado por su infalibilidad papal? ¿Estarán de acuerdo en un pronóstico del tanteo final? Y como decía alguno, ¿de parte de quién estará Dios, del papa alemán o del papa argentino? El domingo lo sabremos.
Buen plan para esa tarde, María. No se acaba el mundo si no hay fútbol.
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