Los escoceses han votado en referéndum si querían o no independizarse de Gran Bretaña. Y han votado en contra de la independencia. Con una participación masiva, para una votación de este tipo (más del 84,5%), la mayoría (el 55% de los votos) ha decidido quedarse en el Reino Unido. Y no ha pasado nada. Ni enfrentamientos violentos, ni se han resquebrajado las entrañas del archipiélago británico, ni insultos, ni gritos, ni crisis... Bueno, sí ha pasado algo: deportivamente todos han aceptado el resultado. Y el perdedor, Alex Salmond, ha anunciado su dimisión, pues el panorama que queda por delante dista mucho del que deseaba el líder del partido gobernante en Escocia, el que propugnó la consulta popular. Desde esta mañana los análisis se repiten, sobre todo en España. La comparación con el caso escocés ha servido para enaltecer a los partidarios de la independencia de Cataluña (que ya han aprobado su propia ley de consultas en el Parlamento catalán). La derrota del independentismo escocés no les ha echado atrás. Al contrario. En España (y Cataluña es parte de España), como vemos una y otra vez, nunca pierde nadie una consulta o votación. Todos ganan siempre, sea cual sea el resultado. Por eso están eufóricos los nacionalistas, no solo los catalanes, sino otros que esperan agazapados el resultado de la pugna entre Barcelona y Madrid, para plantear sus reivindicaciones. Ellos se sienten ganadores, a pesar del resultado de las urnas. Sin embargo, el líder independentista escocés sí ha dimitido, admitiendo su derrota. Tiene otra educación democrática. Gran diferencia, en España no dimite nadie si pierde... Bueno, uno sí dimitió: Alfredo Pérez Rubalcaba. Sí, gran diferencia. Lo mismo terminamos echándole de menos.
¡No jodas! ¿A Rubalcaba? ¿Echarle de menos? ¿Por qué? ¿Quiénes?
ResponderEliminarEse señor —como algunos más dentro del PsoE— son la UCD rediviva. Era un verdadero maquiavelo y un rasputín todo junto.
PODEMOS no llegará a nada, quizás, pero nos está enseñando qué es lo que debiera ser una verdadera democracia; unos verdaderos representantes del pueblo.
Una verdadera manera de actuar políticamente dentro de una democracia participativa. Y aunque ellos no se mojan ni la plantaelpie confesando la ideología de su partido, creo que también nos van a enseñar muy bien lo que debiera ser un verdadero izquierdista. (A mí, por lo menos).
Desde luego que aquí en España nos falta aprender la asignatura de dimitir cuando se hace algo mal o le pillan a uno con el carrito de los helaos.
Me refería a echarle de menos por eso de dimitir cuando se fracasa. Así lo digo en el texto. En cuanto a tus referencias a Maquiavelo y Rasputín, no es nada nuevo en política, siempre ha habido ejemplos de esos personajes donde hay poder o ambición de poder. Sea democrático o no.
ResponderEliminarCon lo que discrepo es con tu visión de Podemos. No es democrático que un grupo de amiguetes se tome una cerveza y decida por todos los demás, porque hayan convocado, sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, una asamblea. ¿Quienes son esos de Podemos para decidir por mí? ¿Cuándo les he dado poderes para representar mis opiniones o decisiones? En Atenas la asamblea funcionaba porque el sistema tenía trampa: solo tenían derecho a asistir y decidir los varones mayores de una determinada edad con propiedades y libres. El resto (la inmersa mayoría) no pintaba nada (esclavos, niños, mujeres, extranjeros...). A esto me recuerda Podemos. En algunos sitios los famosos círculos ya ha excluido a determinadas personas. ¿Esos ya no tienen derecho a debatir ni decidir? ¿Los van a tratar como a los esclavos o a las mujeres en Atenas? Lo siento, pero no me convence.