En medio de tanta confusión y tanto sobresalto como estamos viviendo con la crisis del ébola, una buena noticia. Han dado el Premio Nobel de la Paz a Malala Yousafzai, la niña que se convirtió en un símbolo de la lucha de las mujeres y las niñas por el acceso a la educación. Malala se hizo célebre por el atentado de los talibanes que sufrió por desear ir a la escuela, a pesar de la prohibición de estos islamistas radicales. De ahí que, al salvarse, no cejase en su empeño y fuese apoyada por muchas mujeres y hombres que están en pro de la igualdad a la hora del derecho a la educación, sin obstáculos culturales, políticos, religiosos, etc. El año pasado sonó su nombre como una candidata con posibilidades, pero no ocurrió lo esperado. Este año sí ha merecido el reconocimiento de los que otorgan este premio, por cierto, tan desprestigiado por haberse concedido a personalidades que seguramente no lo merecían. Podemos recordar muchos ejemplos, como el cercano de Obama. Sin embargo en este caso no creo que lluevan las críticas. Ella se lo merece. Como la lucha en que está empeñada, que necesita de apoyo constante. También le han concedido el mismo premio a Kalaish Satyarthi, un luchador en contra de la explotación y el trabajo infantil. Y con ello unen a dos comunidades históricamente enfrentadas en Asia, Paquistán e India, de donde son respectivamente los dos galardonados. Un acierto que merece la foto del viernes. Y una celebración. Ojalá sus luchas tengan éxito.
Muchas gracias, Maria. Sí, aprobé y ye he terminado la carrera. Mañana mismo pido el título de Licenciado en Derecho. Cuando vaya a Sanlúcar lo celebramos. Ya quedamos.
ResponderEliminarBesos.