Mucho se está hablando del accidente que ha costado la vida a dos miembros de una expedición de espeleólogos en Marruecos, una de las noticias de esta pasada semana santa. Si han actuado bien o mal las autoridades españolas y/o las marroquíes, a la hora del rescate. No voy a entrar en eso ahora, lo que me importa es que también se han escuchado o leído opiniones que cargaban contra los expedicionarios. Se dice que nadie obligaba a ir a una actividad deportiva tan peligrosa, que han ido voluntariamente. Que, aunque tengan probada experiencia, estaban poniendo en riesgo sus vidas sin necesidad. Una forma de reprocharles el esfuerzo en el rescate y también el dinero gastado en ello. Es cierto que nadie les obligó, que estaban haciendo deporte por puro placer por esa disciplina y por amor al riesgo. ¿Eso les hace merecedores de la censura y de hasta algunas voces que han protestado por el rescate? Olvidan que muchas más personas ponen en riesgo su integridad física, sus vidas y hasta la de los demás, cuando se ponen al frente de un coche en un viaje de fin de semana por ocio o descanso. Por ejemplo, como en esta misma pasada semana santa, en la que se han producido los correspondientes accidentes de tráfico donde han perdido su vida muchas personas. Aunque hasta ahora no se haya dado bombo en los medios de comunicación a los balances oficiales de fallecidos en las carreteras, como si no quisieran aguar las buenas cifras de pernoctaciones e incrementos de beneficios y cifras de negocio en estos días en el sector hostelero, los más espléndidos, nos dicen los bien "engrasados" (por el gobierno) medios, de los últimos años, tras el inicio de la crisis. ¿A esos accidentados por querer disfrutar de las vacaciones de primavera también les reprocharemos estas muertes? ¿No iban también voluntariamente a correr un riesgo en la carretera por llegar al hotel y disfrutar de la playa, o de las procesiones, o al volver a la tediosa y aburrida vida de los restantes días del año, ya acabados los días de asueto y devoción? ¿Les vamos a negar la atención o a reprochar el gasto empleado en ambulancias, bomberos, policía, médicos, enfermeros o rehabilitadores a los demás accidentados? Pensemos. Con ecuanimidad y serenidad. Algo que hace falta mucho en los últimos tiempos.
Llevas toda la razón. Los seres humanos siempre criticamos lo poco conocido en lugar de pararnos a pensar en lo que es más habitual pero no por ello, como en este caso, más peligroso.
ResponderEliminarPor eso me ha llamado la atención tanta insistencia en los comentarios sobre la voluntariedad. Como si en otros casos normales fuesen obligadas las víctimas. Recuerdo cuando los primeros cursos de la carrera algunos compañeros defendían que no se atendiese en la sanidad pública a los fumadores, porque fumaban porque querían. Lógicamente eran no fumadores los que se pronunciaban de esa manera. Si este criterio de la voluntariedad se aplicase estrictamente abría que cerrar los hospitales, seguro.
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